Ningún producto
En lo que de SEXO se refiere, en la sociedad actual vamos dando bandazos. Una única raza, la humana, tiene centenares de concepciones diferentes sobre lo que debe ser y lo que no debe ser el sexo sano.
Pasamos de la represión total de la sociedad árabe e india (donde han pasado de decorar sus templos de Khajuraho con sexo explícito, a prohibir los besos en las películas de Bollywood), a la hipersexualización y a las aberraciones sexuales de la sociedad de consumo, donde se pueden comprar muñecas de niños para tener relaciones sexuales.
Vamos de un extremo al otro sin encontrar el equilibrio.
Lo único cierto es que el hombre y la mujer se han buscado desde que el mundo es mundo, puesto que la atracción sexual es el motor que mueve el instinto de procreación, y éste permite que la humanidad continúe su camino hacia el futuro. Pero muchas sociedades incluso han involucionado en su apreciación social y pública de lo que debería estar permitido y lo que no.
LOS OPUESTOS EN LA HISTORIA
Primero deberíamos hablar de un concepto olvidado en nuestra sociedad pero que históricamente tiene mucha importancia: debemos hablar de la importancia de los opuestos, y de la importancia de asumirlos, no como algo bueno y algo malo, sino como dos extremos de una misma cuerda.
Primero introducir, las dos polaridades, la femenina y la masculina y su influencia en la trascendencia o la iluminación del alma, para bien o para mal. De la misma forma que el Yin y el Yang, uno no puede sobrevivir en equilbrio sin el otro. En lo masculino se encuentra presente lo femenino, y viceversa.
La polaridad masculina necesita a la polaridad femenina tanto como la femenina a la masculina (en las parejas homosexuales cada uno de los dos componentes asume un rol u otro, de la misma manera que en las heterosexuales, el hombre posee una componente femenina y la mujer una componente masculina).
SEXO VERSUS RAZÓN
Posteriormente hay que hablar del concepto de "los opuestos", en el caso que nos ocupa, el sexo (y la atracción erótica) frente al dominio de la razón y la lógica.
Desde occidente muchas veces se ha demonizado a Eros (el pecado) en beneficio de Logos (la razón), cuando ambos son absolutamente necesarios para el equilibrio de mente, cuerpo y alma.
Para introducir lo que occidente piensa al respecto, nos serviremos de las palabras de Stephan A. Hoeller en su libro “Jung Gnóstico”:
“Los antiguos griegos expresaron su creencia en los opuestos polares como Eros y Logos, […] Los griegos y los romanos y, antes que ellos, las religiones egipcia, persa y babilónica reconocieron la fuerza transformadora del conflicto, y no albergaban el menor deseo de escapar hacia un estado que se encontrara fuera de la acción polar de los opuestos. […]Los teúrgicos clásicos podían perfectamente conversar un día con los Dioses Superiores, y otro día con Pan y sus sátiros y ninfas […]
Con la llegada del catolicismo ortodoxo, que se impuso como fuerza dominante en la cultura occidental después del siglo III, las cosas cambiaron radicalmente. Empezó el conflicto entre la luz y la oscuridad, Dios y el diablo, el espíritu y la carne, […] no era aceptable ni natural obedecer en algunas ocasiones a la carne y en otras a Dios, … como cabría esperar en un mundo de dualidades polares. La concesión a la carne se convirtió en un pecado que atentaba contra el espíritu, y el placer terrenal en un insulto para la austera majestuosidad del cielo. […] Un lúgubre manto de culpa por los pecados de la carne y el miedo al fuego del infierno arrojó su sombra sobre el mundo occidental”
En suma, con la llegada de las religiones organizadas, los opuestos sexo-espiritualidad empezaron un supuesto “conflicto” y se autoexcluyeron. Quien practicaba los placeres de la carne no podía optar por la elevación del alma hacia la Divinidad. Al contrario, era castigado. Y eso fue así hasta que occidente, en el Renacimiento, se volvió a dar importancia a la figura femenina como complemento a la masculina de igual a igual en temas sexuales.
Anteriormente la mujer había tenido un papel tan importante como el del hombre (por ejemplo en el Antiguo Egipto donde incluso podía heredar en iguales condiciones), y posteriormente con la sociedad de los Cátaros (aprox 1000-1243 dC) que fueron exterminados por el papa Inocencio III por éste, y otros motivos.
SALIMOS DEL FUEGO PARA CAER EN LAS BRASAS
Pero posteriormente, a principios del siglo XX, surge el racionalismo ateo de la mano de Sigmund Freud culpabilizando al sexo y a la represión de los deseos sexuales, prácticamente de todos los males de la humanidad...
Para Freud, la represión se genera porque la satisfacción directa de la moción pulsional (nuestras pasiones o "drives"), que en realidad está destinada a causar placer, podría causar remordimiento, dolor o displacer psíquico, por entrar en disonancia (ir en contra), con las exigencias provenientes de otras estructuras psíquicas (la noción de pecado, el "qué dirán", la culpa,... etc).
Freud llamó "FUENTE DEL NILO", a su descubrimiento de que la causa de los trastornos psíquicos de las personas se hallaba en la vida sexual de los pacientes.
Volviendo a Hoeller:
“El monoteísmo ortodoxo (la religión) y el racionalismo ateo, (el psicoanálisis) en el fondo son hermanos. […] Ninguno de ellos es capaz de contemplar la desesperada necesidad de aceptar su opuesto polar y relacionarse con él a través de un conflicto creativo”
Todos los extremos son malos, hemos pasado de que todo era pecado a utilizar el sexo como una especie de gimnasia de autosatisfacción en el mejor de los casos o de moneda de cambio en el peor de ellos.
ATENCIÓN:Este y todos los artículos tienen copyright FELITIA© y están registrados en el Registro de la Propiedad Intelectual para evitar su copia o distribución fraudulenta