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En esta sociedad de la post-verdad en que vivimos, el perdón no es para nada 'trending topic'. ¿Cuántos de nosotros vivimos sin utilizar nunca el perdón con nadie?
En general, el perdón es eso que nos obligaban a hacer de pequeños cuando ocasionábamos daño a otras personas, "¡Lucía!, no está bien pegarle con la pala de arena a tu hermana! ¡Pídele perdón ahora mismo!”.
En ese momento nos sentíamos mal, con lo que asociamos “pedir perdón”, con una situación incómoda, avergonzante, lo que no ayuda a que seamos muy fans de pedir o dar el perdón…
Siempre hay momentos en que alguien nos falla, traiciones de parejas, críticas de amigos, conflictos con familiares, vecinos conflictivos, en fin, la vida y sus problemas.
Cuando vamos creciendo, nos damos cuenta de que una de las cosas más increíblemente difíciles en el mundo es perdonar.
Este hecho es algo que no deja de sorprender...
Al contrario, cuando alguien nos hace daño o nos ofende, nos han enseñado que lo apropiado es vengarnos, darle su merecido, con lo que únicamente estamos consiguiendo añadir gasolina a la hoguera del conflicto, (¿Tendrá Twitter y el odio que allí se destila algo que ver?. Todo el mundo quiere vengarse de todo el mundo, todo el tiempo).
Krishnamurti habló del efecto multiplicador negativo de la venganza.
ACERCA DE LA VENGANZA
En el libro "La verdad es una tierra sin caminos" del australiano Ingram Smith, se cuenta que el sabio Krishnamurti estaba dando una charla multitudinaria en Sri Lanka en 1949, a la que asistía el líder de la oposición al gobierno, el comunista Dr. Perera. Los temas de la conferencia siempre los escogía el público, así que el abogado Dr. Perera escogió discutir acerca de "la estructura de la sociedad y la cohesión social".
Empezó el político hablando de que "el Estado lo era todo", y que todo individuo "debía doblegarse ante una autoridad central y todopoderosa" que sabe lo que nos conviene. Así la mente humana debía ser acondicionada para aceptar la doctrina totalitaria si ésta pudiera, en verdad, resolver los grandes problemas del mundo.
"En el futuro - dijo el Dr. Perera-, todos deberán aceptar la doctrina totalitaria".
En ese momento, Krishnamurti preguntó:
- ¿Qué ocurriría si yo como individuo, siento que no puedo compartir las decisiones del supremo gobierno? ¿Qué pasa si no estoy de acuerdo con ellas?
- La disidencia individual no puede ser tolerada después de tomar la decisión de pertenecer a un estado totalitario. Todos tienen que participar –contestó el político-
- Obedecer, quiere Vd. decir... ¿Y si yo sigo sin querer estar de acuerdo?
- Tendríamos que mostrarle su error. Persuadiéndole de que la práctica de la filosofía del estado y la ley deben ser aplicadas siempre a cualquier costo.
- ¿Y cómo lo harían? – le replicó el sabio.
- Probablemente tendríamos que encarcelarlo a fin de que no se convirtiera en una influencia negativa.
Con absoluta simplicidad y franqueza Krishnamurti dijo entonces:
- Yo soy ese hombre
–dijo el sabio nacido en la India,... el público se inquietó y un murmullo recorrió la sala.
- Entonces sería tratado como un preso político y encarcelado todo el tiempo que hiciera falta hasta que modificara su modo de pensar –contestó el Dr. Perera.
- Cuando otros descubrieran lo que me había ocurrido a mí, el odio de estas personas a su autoridad se reforzaría. Esto es lo que ocurrirá, y así es como nacería un movimiento revolucionario. Me niego a ser silenciado. ¿Qué harán entonces Uds. Conmigo?
- No podríamos permitir que contaminara a otros. Probablemente le eliminaríamos.
-¿Probablemente? –preguntó Krishnamurti.
- Sería eliminado.
Tras una larga pausa, con un auditorio cada vez más tenso, Krishnamurti dijo:
- Entonces, señor, me convertirían en un mártir, -imposible evitar las implicaciones de aquello, revueltas, matanzas, en definitiva sangre, muerte y destrucción - ¿Y entonces qué?
OK entonces, nos vengamos del que nos ha ofendido, ¿y entonces, qué?, la espiral de odio nunca cesará.
APLICACIÓN PRÁCTICA EN EL DÍA A DÍA
Imaginemos que un compañero de trabajo te juega una mala pasada.
¿Qué es mejor hablar con él para decirle que no se repita, o es mejor guardarte la rabia y esperar el momento oportuno para devolvérsela?. ¿Qué crees que a la larga será más beneficioso para ti?.
Nos han dicho "A toda “acción” le corresponde una “reacción” en sentido contrario.
¿Es eso realmente útil?
La venganza sencillamente no es una opción a considerar, quizá la asertividad pueda ayudar, pero no la venganza.
¿No es mejor la indiferencia que la venganza?
¿Acaso no es el ego herido el que nos imposibilita el perdón? ¿Acaso no es nuestra propia auto-importancia la que no quiere perdonar la ofensa, el insulto, la traición? Preferimos vivir sintiéndonos ofendidos, coléricos, humillados. ¿Conseguimos algo permitiendo a nuestro ego gobernar nuestras vidas, ofuscando la razón y toda lógica?
¿Acaso tú eres solamente tu propio ego?
* Para perdonar es necesario tener una autoestima alta. Los débiles nunca perdonan.
* Para perdonar es necesario tener fortaleza. Solamente los fuertes son capaces de perdonar.
Cuando alguien pide que le perdones, no es una cuestión de caridad humana, es un problema de fortaleza interior.
RESPÓNDETE:
-¿Qué hay en mí que no me deja perdonar?
- ¿Qué tecla ha tocado esa persona en mí, que le ha conferido tanto poder sobre mí?
LEYES DEL ESPEJO
"Todo lo que otros me critican, combaten y juzgan, si me molesta o me hiere, está reprimido en mí y me toca trabajarlo"
Si alguien te insulta y no tienen razón, entonces ¿Por qué te ofendes?. Deja que critiquen. Ríete.
Si alguien te insulta y tienen razón, entonces ¿Por qué te ofendes?
En ese caso deberías ofenderte contigo mism@
"Todo lo que me molesta, irita, enoja, o quiero cambiar en el otro, está dentro de mí".
3. FORGIVE, NEVER FORGET
Pero perdonar no significa retomar el contacto con el ofensor, ni siquiera que el ofensor sepa que le/la has perdonado. Solo tú sabrás que has perdonado al ofensor.
En un post en nuestra cuenta de Instagram sobre el perdón, se produjo un auténtico boom de comentarios…
Algo toca nuestra fibra sensible cuando se habla sobre el perdón.
Quizá tenga algo que ver con nuestro sentido de la justicia y con nuestro condicionamiento social.
EJEMPLOS DE COMENTARIOS:
COMENTARIO 1: “Tratar de perdonar pero alejarse del ofensor es lo más sano. Así como es importante no amargarse, también es fundamental protegerse” (desde Valparaiso, Chile).
COMENTARIO 2: “Perdonar es hacerte un bien a ti mism@. Hace tiempo que aprendí esta lección y no es que sea una mujer fuerte, todo lo contrario, pero prefiero vivir en armonía, que tener la mente ocupada con pensamientos que hacen daño. El orgullo no es bueno” (desde Tarifa, Cádiz).
Solo los ingenuos perdonan y olvidan. Eso es aprovechado por los ofensores para volver a la vida de las víctimas. Si ese no es tu deseo, no lo permitas.
Pero si perdonas, perdona de corazón, como si tuvieras el poder de perdonar los pecados del ofensor, y empieza de cero tu relación con esa persona, sin rencores. Si perdonas de boquilla solamente para volver con ella (y tener tu conciencia engañada), eso es codependencia, y eso no es sano, es lo más tóxico que existe.
4. EL RENCOR ES UN VIRUS
En la ausencia de perdón, el daño crece, tomando el control de nosotros, haciéndonos peores personas, alimentando el odio dentro de nosotros.
Como un virus.
¿Qué es mejor, perdonar y avanzar? O por el contrario...
¿Guardar el odio y el rencor generados como una carga insoportable, como una mochila de piedras negras que llevamos a nuestras espaldas y que no nos dejan perdonar y avanzar?
"La resistencia a perdonar dice más del ofendido que del ofensor"
5. VIVIR EL PRESENTE
Para vivir el presente, parece lógico olvidar el pasado, y así poder avanzar. Nadie puede ir muy lejos con una mochila llena de piedras negras, recuerdos del pasado. Mientras uno esté viv@, lo único que puede hacerse es andar hacia adelante, crecer y evolucionar. Perdonar es que se te caiga la mochila y te aparezcan alas en la espalda para volar.
Se dice que "Cuando el alumno está preparado, el maestro llega". Esto es solo una metáfora, no hay que esperar un venerable sabio de largas barbas blancas. Las circunstancias de la vida se convierten en nuestros maestros.
Aunque parezca un rollo muy “new age”, la vida te dará de bofetadas hasta que no aprendas esas lecciones, y tendrás que repetir curso una y otra vez, pasando por situaciones difíciles para las que no encuentras explicación.
Desde ese punto de vista, perdonar no es tan solo un acto de caridad humana, también se convierte en un indispensable ejercicio de autoayuda. Perdonar es saludable. Tenemos que entender que el daño ya está hecho, la herida está abierta y ahora debemos ayudar a que cicatrice.
Perdonar no es otra cosa que el triunfo del amor a uno mismo y a los demás, por encima de la desolación en la que quiere hundirnos nuestro propio ego, puesto que se vive muy cómodo en el dolor y la auto-complacencia. Lo que hay que hacer es avanzar, libres de cargas.
Los padres perdonan el compartamiento de sus hijos todo el tiempo, ¿qué nos impide hacer lo mismo con los que nos ofenden?
LA DIFERENCIA ESENCIAL
El AMOR. Amamos a nuestros hijos, pero no amamos a los demás, muchas veces ni siquiera nos amamos a nosotros mismos.
Por eso al no amar, no podemos perdonar. Ámate un poquito, perdónate y perdona. Te sentirás mejor contigo mism@ y más liger@ para poder mirar siempre hacia adelante. El amor es la clave de todo. La espiritualidad no es otra cosa que la gestión del amor en ti. Solamente amando a los demás, también podremos amarnos a nosotr@s mism@s.
El primer "Life Coach" de la historia ya nos lo dijo en su canal de 'Youtube'.
"Que os améis unos a otros; así como yo os he amado"
¿Te suena de algo?, esa frase de Jesucristo, por encima de modas y política, lo convierte en el influencer más famoso de la historia del mundo...
Hace falta un nivel de evolución muy alto para que el perdón nazca desde la verdad. Así pues:
"Quizá perdonar sea tan y tan difícil porque sea lo único que en verdad tenga mérito"
Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
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