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Los trastornos del comportamiento sexual, afectan negativamente el disfrute libre de una vida sexual sana.
La práctica sexual saludable no deja secuelas psicológicas de ningún tipo, pero no puede decirse lo mismo de los trastornos de hipo o hiper actividad sexual.
El equilibrio en el campo de la actividad sexual en todas las edades, viene dado por permanecer en el centro de una cuerda cuyos extremos están protagonizados por la hipoactividad y la hiperactividad sexual.
Tan malo es no tener ningún tipo de relaciones sexuales, como vivir totalmente dependiente de ellas. En relación a la estabilidad psíquica, la falta de deseo sexual no es ningún problema si se vive solo. Es una opción personal tan libre como todas. El problema es cuando la persona afectada vive en pareja.
En ese caso, la sexualidad vivida desde el trastorno hipoactivo, tiene dos problemas principales:
1. Tiende a causar remordimientos y estrés en quien la sufre. Las conductas evitativas requieren un esfuerzo para huir de tu pareja en el momento en que ésta te hace partícipe de sus necesidades no-cubiertas, y eso es un estrés contínuo para evitar tocarla, la persona afectada deja de abrazar/besar, tiende a no demostrar cariño físico, "para que no salte la chispa sexual".
2. Secuestra la vida sexual de la pareja: Si tú no quieres/puedes tener sexo, eso influye en la libertad de tu pareja de experimentar una sexualidad sana. Ya no es sólo una persona la que tiene un problema sexual, son dos.
Los trastornos en los comportamientos sexuales, afectan la opinión que nosotros tenemos de nosotros mismos y afectan a nuestro entorno, degradando nuestra calidad de vida y provocando conflictos de pareja de difícil gestión y tratamiento.
LA HIPOACTIVIDAD SEXUAL
El TRASTORNO DE DESEO SEXUAL HIPOACTIVO (TDSH)
El TDSH oficialmente se define como “deficiencia o ausencia de fantasías y deseo de actividad sexual”
Este trastorno se da en mujeres cada vez más jóvenes, y también está aumentando cada vez más en hombres. Muchas parejas relativamente jóvenes confiesan que dejaron hace tiempo de tener relaciones sexuales frecuentes.
Este trastorno puede presentar los siguientes síntomas:
- Reducción significativa de pensamientos sexuales
- Una disminución notable en iniciar intimidad
- Esquivar los intentos de la pareja para tener relaciones sexuales
Generalmente la falta de deseo sexual es debida a 2 tipos de causas globales:
A. CAUSAS PSICO-SOCIALES
- El estrés es una de las causas más importantes de falta de deseo sexual.
- La tendencia a la depresión.
- Malas experiencias previas con parejas sexuales exigentes.
- No llegar al orgasmo o no disfrutar durante el acto sexual, provoca apatía y conductas de evitación de las relaciones sexuales.
- Haber sufrido una pérdida reciente o lejana en el tiempo y no superada, (defunción de un familiar, despido, abandono o infidelidad de la anterior pareja...).
- No llevarse bien con la pareja provoca que la libido no tenga cabida entre discusión y discusión. Una "mala racha" basta.
- No respetar a la pareja, descubrir que no tiene el nivel intelectual/físico/espiritual que en principio se había creído, no ayuda a desearla físicamente.
- La rutina de siempre hacer lo mismo y de la misma manera a nivel sexual acaba por imponer la tiranía del aburrimiento.
- Creer que la pareja no sabe cómo hacernos disfrutar provoca frustración y si además no hay comunicación, (explicar lo que nos gusta/disgusta), termina siendo un muro imposible de salvar.
- Una baja auto-estima, o un nivel de exigencia físico excesivo con uno mismo, inhibe las ganas de ser admirado o deseado por alguien, así como el miedo al rechazo, o el no estar cómodo con el propio cuerpo.
B. CAUSAS MÉDICO-ORGÁNICAS
- Bajos niveles de testosterona
Dolor durante el coito, (DISPAREUNIA).
- Aumento de 'prolactina' (después del parto).
- Hipotiroidismo
- Los medicamentos, sobre todo los antidepresivos, para el colesterol, los betabloqueantes, y algunos utilizados para la hipertensión, la próstata, etc.
- Evidentemente, trastornos psicológicos como la 'ansiedad' pueden hacer muy difícil concentrarse en las relaciones sexuales.
- El descenso de niveles hormonales relacionados con la 'andropausia' en el hombre o la 'menopausia' en la mujer, afectan definitivamente a la carencia de deseo sexual.
- Extirpación de ambos ovarios.
- Sequedad vaginal.
- Incomodidad con el propio cuerpo debido a enfermedades o condiciones físicas tales como padecer o haber padecido cáncer de mama, el embarazo, la diabetes, la incontinencia urinaria, trastornos autoinmunes o esclerosis múltiple.
CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE DESEO SEXUAL
Principalmente puede provocar:
. Deterioro de los factores relacionales con la pareja.
. “Enfriamiento” de la relación.
. Depresión, estrés, mal humor.
. Cambios en el carácter.
. Alejamiento paulatino.
. Entrada de terceras personas.
TERAPIAS RECOMENDADAS EN EL TDSH
Dejando de lado los supuestos afrodisíacos que pueden solucionar el problemas de forma temporal, como la maca andina, o la viagra, si las causas son psicológicas o de profundo arraigo en la relación de pareja, se precisará un mediador especializado en terapia de pareja, un sexólogo/a o psicoterapeuta-psicólogo, sin descartar algún medicamento como administración de testosterona o antidepresivos psicoactivos que se vinculen al incremento de la libido.
Extracto del comentario del CEO de una empresa farmacéutica especializada en medicamentos correctivos de la falta de deseo sexual.
“Se sabe que a medida que la mujer envejece, cuando pasan sus años reproductivos, tiende a haber una reducción en la libido en general. En el pasado, esto no generaba un problema porque los hombres experimentaban también esa reducción debido a trastornos como la disfunción eréctil. Pero ahora los fármacos como el viagra han "rescatado" a los hombres y éstos quieren continuar con sus relaciones sexuales en edad avanzada. Así que el verdadero problema es esta desconexión entre el aumento de deseo sexual en el hombre y la falta de deseo sexual en la mujer. Y el objetivo que pretendemos con algunos fármacos es tratar a las mujeres que sienten angustia por esta falta de líbido y cuyas relaciones están sufriendo a causa de ello”.
Estos dos trastornos, la adicción al sexo (o ninfomanía/satiriasis), y el déficit de deseo sexual, marcan la actividad sexual de las personas del siglo XXI, tanto en la sociedad occidental como en la oriental, (por ejemplo en Japón las personas están renunciando al sexo con seres humanos debido al ritmo de vida y a la dificultad de interrelaciones sociales con personas del otro sexo).
En China las mujeres alquilan novios para fin de año chino y así no pasar la vergüenza de tener que admitir delante de sus padres y de la sociedad que son "singles".
En las próximas líneas veremos como nuestro ritmo de vida, el estrés, la falta de comunicación, la insatisfacción con la pareja, provocan que nuestro comportamiento sexual se vaya decantando hacia estos dos extremos en función del tipo de personalidad que se posea.
Tanto la hipersexualidad, (la adicción al sexo), como la hipoactividad sexual (TDSH o falta de deseo) son los extremos de esa cuerda en cuyo centro está un equilibrio sexual sano y, nunca mejor dicho, deseable.
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