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"... a los no casados y a las viudas les digo [...] si no pueden guardar continencia, cásense, que mejor es casarse que abrasarse." - San Pablo, Corintios I 8-9.
Hace 50 años, nadie sabÍa gran cosa del sexo.
Durante miles de años de evolución habíamos descubierto más bien poco acerca de la actividad física que más se ha practicado en la historia.
La palabra "sexo", proviene del latín "sexus", que a su vez proviene de "sectus". Literalmente significa "seccionado", "separado", "cortado".
O sea, el origen etimológico de la palabra que define lo que más une a un hombre y a una mujer, (o 2 mujeres o 2 hombres), en realidad en su origen significa totalmente lo contrario; "SEPARACIÓN".
Una posible explicación nos la da el doctor en filosofía griega Dr. Edward Spence, cuando nos dice que lo que en verdad anhelamos es regresar a los tiempos primigenios cuando la polaridad masculina y femenina coexistían juntas en un solo cuerpo físico (el llamado "Mito de Aristófanes" escrito por Platón en "El Banquete"):
“El amor romántico es esencialmente mediado por el cuerpo, la causa de nuestra separación, más que de nuestra unión. Somos criaturas de un anhelo que, en principio, y en la práctica no se puede cumplir. Anhelamos la plenitud a través de la unión de nuestras almas, que la separación física de nuestros cuerpos nos impide llegar a alcanzar.”
Hoy en día con toda la información a nuestra disposición en internet, de las facilidades para practicarlo, y de la ciencia médica que estudia sin descanso tanto la maquinaria sexual de nuestro organismo, como los procesos mentales y hormonales que lo regulan, las personas de a pie aún no somos plenamente conocedoras de los mecanismos que disparan nuestro deseo sexual.
Por primera vez en la historia de la humanidad, tener sexo no es imprescindible para perpetuar la especie.
Las modernas técnicas de fecundación "in vitro" y la posibilidad de elegir “niños a la carta” mediante la revolución que ha representado la tecnología genética CRISPR-9, han dejado de ser ciencia ficción para convertirse en una realidad diaria para muchas parejas que, bien por motivos fisiológicos, o por motivos psicológicos, no desean o no pueden tener sexo fecundo con sus parejas.
Pero si el objetivo de F E L I T I A© es conducir a las personas por el camino que lleva a la felicidad, es obligado citar la obra del psicólogo de Harvard Daniel Gilbert, (aquí lo vemos en uno de los famosos TED Talks hablando de la Felicidad) el cual demostró científicamente que el sexo es la actividad que más feliz hace sentirse a los seres humanos.
También dijo que:
“La felicidad es solo un sitio donde podemos ir de visita, pero no quedarnos”
Vivir en la felicidad permanente nos quitaría la motivación de hacer cosas nuevas y diferentes.
Y si el sexo posee alguna característica, es que se pueden realizar muchas prácticas para no incurrir en el riesgo de la rutina y la monotonía, verdaderos motivos por los que se pierde el interés por su práctica.
Si el sexo nos hace más felices, las preguntas que surgen son: ¿debería tener más sexo? y ¿con qué frecuencia?.
Al margen de las orientaciones sexuales y sociales de cada uno, resulta que estadísticamente las personas casadas son las más felices y las que más disfrutan practicándolo (sí ya sé, cuesta de creer).
Por favor, los casados escépticos (que sepan inglés) que lean éste artículo.
Resulta que las personas casadas, tienen más salud, tienen más dinero y disfrutan más con la práctica del sexo que las personas solteras de su misma franja de edad.
Entre solteros los niveles de estrés se incrementan debido a la alta exigencia sexual hoy en día de las personas con mucho rodaje.
En Nueva York los psicólogos dicen que el 85% de las consultas sobre traumas sexuales que provocan secuelas psicológicas, provienen de hombres que han sufrido una experiencia sexual negativa con mujeres sexualmente muy exigentes y que no tienen ni ganas ni la paciencia para enseñar/asesorar o aconsejar a su pareja sexual.
Otro problema para las personas solteras son las enfermedades de transmisión sexual, que se están incrementando debido a la falta de campañas de concienciación.
Para los casados, el principal problema que tienen éstos últimos es la gestión del tiempo de calidad con la pareja y la lucha constante contra la rutina y el aburrimiento sexual.
SEXO Y ADOLESCENTES
En los adolescentes el despertar sexual pasa por cuatro etapas:
- El enamoramiento platónico (ídolos musicales, actores, o alguna persona cercana a su círculo),
- El autoerotismo (pasar más tiempo encerrado en el baño o en la habitación),
- El descubrimiento de los otros (empiezan a ducharse más y a cuidar más su aspecto), y por último ...
- El inicio de la vida sexual activa (donde es necesario tener información acerca de enfermedades venéreas y de los sistemas para evitar embarazos no deseados).
Al terminar la adolescencia ya tendremos formada nuestra Identidad Sexual definitiva, (nuestras orientaciones, gustos y apetencias en este campo).
Aunque la plasticidad de nuestro cerebro hace que estas orientaciones puedan ir fluctuando a lo largo de nuestra vida.
¿Quieres conocer algunas curiosidades respecto al sexo?
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