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SEXO E INFIDELIDAD


RESPUESTAS A UNA INFIDELIDAD


Tarde o temprano, toda persona tiene que lidiar con la infidelidad. Pero la infidelidad puede evitarse con un poco de información. La infidelidad tiene diferentes pronósticos en función de la causa (o causas) que la hayan provocado.


No es lo mismo que el detonante de una infidelidad pueda ser debida a:

- Un momento puntual de flaqueza debida a la falta de relaciones sexuales en la pareja,

- Una hiperactividad sexual latente (que puede tratarse por un especialista si hay voluntad para ello) o;

- Por una conducta viciada o por falta de respeto, compromiso, en definitiva, de amor en la relación.


Ya sea una relación reciente o llevéis 20 años de casados... una cosa es segura.


"Si amas y tienes lo que necesitas, no engañas. El resto es necesidad, falta de comunicación o autocondescendencia"


CAUSAS DE INFIDELIDAD

Resumiendo mucho, existen dos grandes condicionantes entre hombres y mujeres para bajar la guardia y empezar a mirar a otras personas fuera de la relación de pareja:


1ª CAUSA: FALTA DE SEXO. SECUESTRO DE LA SEXUALIDAD EN PAREJA


No olvidemos que, mientras estamos en pareja, somos los guardianes de las llaves del sexo de la otra persona. La expresión última de las necesidades sexuales de esa persona depende de nosotros, de si hemos renunciado al sexo o seguimos provocando relaciones sexuales habituales con nuestra pareja.


"La rutina sexual, o aún peor, la ausencia de relaciones sexuales, es uno de los factores predeterminantes de que se empiece a ver con buenos ojos a otras personas"


Cuando todo va bien en la pareja, existe amor (que complementa nuestra parte espiritual), y existe una práctica de un sexo sano (que complementa nuestras necesidades más "animales" (muy humanas por otra parte). Entonces, en la pirámide de Maslow las "necesidades básicas", estarán cubiertas. En caso contrario, el sexo se convertirá en una obsesión para el miembro de la pareja que tenga la sexualidad secuestrada.

Lo lógico es que nosotros ya hayamos intuido que algo va mal, y se haya leído este, o algún artículo parecido y se intente reaccionar a tiempo. Pero quizá habíamos considerado incluso como "normal", haber dejado de tener relaciones sexuales con nuestra pareja...

No debemos interpretar como “normal”, algo ya va siendo “usual” en el mundo actual de la pareja, puesto que si lo hacemos, el riesgo de infidelidad se vuelve muy real. Pensar que “No tener sexo ya nos va bien a los dos”,  es el peor autoengaño posible

La falta de intimidad física, (que genera oxitocina, el cemento que consolida la relación), la pobreza comunicativa por parte de uno de los miembros, o alguna enfermedad relacionada con el deseo sexual (como la hipoactividad o la hiperactividad sexual), pueden haber sido los precursores de "levantar las barreras", a otras personas fuera de la relación de pareja.

Puesto que los extremos se tocan, en muchos de estos casos se pasa de la represión total, (la falta de sexo dentro de la pareja), a la promiscuidad absoluta, estando "de caza" o "dejándose cazar" de forma permanente.

Y eso es una adicción como cualquier otra que trae consigo sus propios problemas, como la destrucción de la pareja (y de todo lo que se fue ganando con los años), ya sea material, (la casa, el coche), como emocional (la confianza de la pareja o el cariño de los hijos).



2ª CAUSA: FALTA DE EMOCIÓN: "QUIERO VIVIR"


Pero existen infidelidades que llegan cuando llevas años perdid@. Cuando vas en piloto automático, cuando piensas que nada te emociona, cuando estás marchitándote como una flor a la que no le llega el sol… En ese momento, parece que algo tuyo, ese ser que eras a los 20 años se está muriendo de inanición emocional.

Y llega un día que es peor que el anterior, y el anterior a éste, y cuando llega ese momento en que no sólo no hay diferencia entre estar vivo o muerto, sino que te da igual … en ese momento quizá el universo atraiga a tu vida a un alma gemela. Esa persona de tu entorno más cercano o una persona desconocida que aparece en tu vida para darte un respiro, un poco de calor humano que te permita resistir el vacío existencial.


Por eso la sexóloga Esther Perel dice que sus pacientes infieles que aún no han sido descubiertos, tienen una característica común, “están llenos de vida”. La vida que anteriormente echaban de menos.

La aparición de esa persona te abre la persiana, deja entrar aire fresco, te da energía, alegría y deja que entre de nuevo la luz dorada del amor… recuerdas quien eres realmente y te dejas arrastrar por esa sensación de que eres joven de nuevo y capaz de cualquier cosa. Reís juntos y amáis al mundo y todo lo que contiene.

Esa sensación crea adicción, un rayo de esperanza en un mundo de rutina y tinieblas. Y claro, en ese momento es inevitable confundir amistad, (una profunda amistad que casi va más allá del tiempo y del espacio y con quien hablas de todo), con amor y deseo.

¿Cómo no va a ser amor si parece que os conozcáis de toda la vida, os termináis las frases y cuando te viene a la cabeza, una sonrisa automática aparece en tus labios?

Somos humanos y nuestras pasiones nos hacen equivocar los conceptos. De todas maneras, hay que estar atentos, puesto que quizá sea amor de verdad, con lo que la mejor opción es, ser valientes, oficializar vuestra relación y empezar una convivencia en común.

Pero si no te ves en una relación formal con esa otra persona, puesto que en otros momentos de la vida crees que no sería tan “ideal”, lo mejor es dejarlo mientras se está a tiempo de conservar la amistad.

Siempre llegará un momento en que uno de los dos quiera más del otro, o es inevitable que la relación llegue a conocimiento público. Y en ese momento se destruye la confianza de tu actual pareja para siempre, y de una forma u otra, terminas perdiendo a las dos personas.

Y eso es devastador puesto que te empobrece emocionalmente para siempre, y todo lo que te aportaba tu “nueva amistad” desaparece con ella. No es falso moralismo, es ley de vida.

Esa perspectiva viene con la edad. La mayor parte de las veces, el resultado de esa comunión profunda con esa otra persona es la infidelidad.


¿Y AHORA QUÉ HACER?

"Debemos desconfiar unos de otros. es nuestra única defensa contra la traición" -Tennesse Williams

La mejor prevención es chequear nuestra actitud ante la relación de pareja una y otra vez. Si nosotros tenemos la conciencia tranquila, todo estará en manos de la otra persona. Pero si creemos que estamos haciendo algo mal, que no nos entregamos lo suficiente a nivel emocional, o no nos gusta compartir momentos de calidad en nuestras relaciones sexuales, podemos estar provocando aquello que precisamente más deseamos evitar.

La infidelidad ya se ha producido, (sea por las causas que sean), y además hemos sido descubiert@s... ¿Y ahora qué hacemos?

Si la persona afectada por una infidelidad cree que no ha tenido nada que ver en la reacción de su compañero/a sentimental, o es incapaz de aceptar esa traición, puede optar por dejar la relación, pedir el divorcio. Se acabó.

Por el contrario, si esa persona reconoce que tampoco puso mucho de su parte en el mantenimiento de una estabilidad sexual/emocional durante años, tampoco puede cargar toda la culpa en la espalda de la/el infiel. Entonces si se quiere conservar la relación, es mejor asistir a terapia de pareja con un profesional de la resolución del conflicto que mediará entre las partes con la mayor objetividad posible.

"A raíz de una infidelidad descubierta, las parejas llegarán a tener conversaciones más profundas y honestas de lo que hubieran tenido en décadas" - Esther Perel, sexóloga

La decisión de perdonar al que ha engañado no es una decisión fácil y, ante todo, es de índole personal.

Cualquiera que se vea en esta situación es importante que analice sus opciones, sea justo/a y decida en función de los datos disponibles, no en función de emociones tomadas en caliente, y cualquiera que sea la decisión debe asumirla con convicción y certeza de que ha sido lo mejor para sí mism@, y para su familia.



PROCESO DE PERDÓN Y RECONCILIACIÓN

¿Se puede perdonar a un/a infiel?

Perdonar una infidelidad es algo que muchas personas ni se plantean, ya sea porque creen que no serían capaces de perdonar o porque sus valores son muy claros, y la infidelidad no entra en su esquema mental como algo admisible en una pareja.

Si tú eres así, y lo tienes tan claro, no es necesario que sigas leyendo. Para el resto, existen una serie de pautas a analizar de forma objetiva. Insistimos, datos, no emociones.

El perdón es una herramienta que una persona puede usar para superar una infidelidad. En general, el perdón es un proceso que tiene efectos saludables en la persona, y si lo concretamos en la infidelidad, haya o no haya reconciliación, el perdón sincero es un signo de salud mental, de pasar página y seguir hacia adelante sin cargas.

Si amas a la otra persona, lo que hizo fue algo puntual, y crees que se puede perdonar, hazlo sin rencor y empezad de cero

Si la intención es la reconciliación, la fase de pedir perdón y saber perdonar es clave para avanzar en el proceso. Este punto va a ser importantísimo en la pauta a seguir. Lo detallaremos más adelante.

Es evidente que perdonar una infidelidad en la pareja es sumamente difícil.

Aún lo es más cuando otras personas del entorno opinan sobre la situación.perdonar una infidelidad

¡Ni se te ocurra perdonarle/la!

Es una de las frases más comunes. Pero en ocasiones, hay parejas que han podido superar este bache y salir reforzados. ¿Cómo lo han conseguido?


A. CONECTAR CON TUS SENTIMIENTOS

Oirás versiones de todos tipos, familiares y amigos intentarán aconsejarte y te explicarán numerosas situaciones de infidelidad, y puede, incluso, que te sientas condicionado/a por compromisos económicos, y evidentemente, condicionado/a en el caso que haya hijos.

De una forma u otra, lo más importante es que tomes esta decisión de manera consciente y sin que te sientas presionado/a por otras personas. Es fundamental que conectes con tus sentimientos y que determines qué quieres realmente.

B. ANALIZA EL GRADO Y NATURALEZA DE LA INFIDELIDAD

Hay ciertos aspectos que es bueno considerarlos si la persona está en disposición de perdonar una infidelidad. Cuestiones que pueden ayudar:

¿Fue una aventura pasajera o una relación duradera en el tiempo? ¿Conquistó o fue conquistad@?

¿Estaban involucrados los sentimientos o era todo necesidad física? ¿Para mí qué es peor?

¿Existen probabilidades de que vuelva a ocurrir si le perdonas?

¿Teníamos carencias como pareja? ¿Fuí avisad@ previamente de que algo no funcionaba?

¿Tienes la capacidad de no reprochar si la opción elegida es perdonar a tu pareja?

¿Soy realmente capaz de recuperar la confianza en mi pareja?

¿Creo que todo lo vivido anteriormente, lo bueno y lo malo, y las cualidades de mi pareja, pesan más que esa infidelidad?


C. TOMAR CONCIENCIA DEL PROCESO


Perdonar una infidelidad no es sinónimo de conseguir reparar el daño en su totalidad. Perdonar es un proceso complejo, y si en este proceso el reproche aparece una y otra vez, es muy probable que no se supere. Hay que ir más allá.

Y es que para perdonar de veras, es necesario olvidar todo lo sucedido y comenzar desde cero; en otras palabras, trazarse nuevos proyectos, metas y estrategias que os permitan reconstruir la relación como si se tratara de un nuevo comienzo. Y para eso es necesario seguir una serie de pautas de convivencia.




TIPOS DE DESEO

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