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Tanto el cuerpo femenino como el masculino tienen conexiones con el centro del placer diferentes y responden por ese motivo de formas diferentes a los estímulos sexuales:
Las mujeres necesitan completar tres etapas para poder llegar al orgasmo: 'deseo' (libido), 'excitación' y 'humedad' (lubricación) de los órganos genitales.
Por ese motivo tardan más en alcanzar el orgasmo, entre 7 y 15 minutos de estimulación, mientras que los hombres tardan de media entre 3 y 5 minutos.
La evolución a cambio ha proporcionado a la mujer la posibilidad de ser multiorgásmica, o sea, tener tantos orgasmos en una sesión sexual como ella quiera o su pareja sepa proporcionarle.
Pero para tener el orgasmo inicial, la mujer debe confiar en su pareja y no tenerle miedo, puesto que para alcanzar el orgasmo, el área del miedo y las emociones debe apagarse momentáneamente durante esos segundos.
A estas alturas, los hombres ya deberían saber que el órgano erógeno por excelencia de la mujer es el cerebro, (o sea más inspiración y menos expiración).
Debido a que el hombre es preferentemente visual, no necesita más de 10 segundos para alcanzar una erección si lo que ve le excita lo suficiente.
En la mujer los mecanismos de inicio de la excitación no son tan sencillos, puesto que además requieren de la imaginación.
Fantasias y escenarios ficticios, ayudarán al clímax.
Período refractario: espacio de tiempo entre el orgasmo y la vuelta a la excitación. La mujer no lo tiene, se mantiene excitada y por ende puede tener varios orgasmos si así lo desea de forma inmediata o descansando mínimamente.
En el hombre depende de la edad, de lo excitante de la situación y de las condiciones personales (cansancio, alcohol, etc…). El tabaco y los medicamentos como antidepresivos, ansiolíticos, relajantes musculares y antihistamínicos y crecepelos, también pueden incrementar la duración del periodo refractario.
Eyaculación femenina: existe y se denomina squirting. Sigmund Freud la calificó de “disfunción sexual”.
Se consigue por estimulación del punto G (un punto que forma parte de la esponja uretral y que es especialmente sensible), algunas mujeres puede eyacular un líquido que tiene trazas de urea y creatinina, también contiene altos niveles de glucosa y una enzima que se encuentra en el esperma.
Este líquido se genera en las glándulas de Skene que se encuentran a cada lado de la uretra, por lo que muchas veces puede ser confundido con orina, aun sin serlo.
Se ha comprobado que los hombres con pareja se masturban más.
Además, al tener más posibilidades de efectuar la cópula con mayor asiduidad, generan más testosterona, que es la responsable de provocar la excitación sexual en el hombre.
El "Efecto Coolidge": en ratones se ha comprobado que si se les cambia la pareja, el periodo refractario en el ratón macho se reduce un 25% entre cópula y cópula.
Les entra la prisa, puesto que si ese ratón no anda listo, puede que otro consiga perpetuar su carga genética.
Sin paridad: el orgasmo de un hombre dura 6 segundos de media, mientras que en las mujeres dura unos 23 segundos, casi 4 veces más.
Para una experiencia sexual satisfactoria la mujer mayoritariamente necesita ser acariciada por todo el cuerpo, en especial cuello, pecho, brazos, caderas, espalda y zonas erógenas. De este modo se siente deseada, y responde de forma global, a través tanto del cuerpo como de la mente, a los estímulos. El hombre sólo necesita ser estimulado en el sistema reproductor para llegar al orgasmo.
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