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Hasta no hace mucho, la mayoría de los neurocientíficos creían que nuestra consciencia, (la noción que tenemos de nuestra propia existencia como individuos), se encuentraba dentro del cerebro. Karl Popper llamaba a estos científicos "Materialistas promisorios", y defendían que el cerebro y la mente consciente son lo mismo.
Para ellos, los pensamientos e ideas que tenemos todos los días se forman de forma "local", (es decir en un sitio concreto llamado cerebro), que se encuentra dentro de nuestra cavidad craneal.
Pero ya en el siglo XVII René Descartes presentó la teoría del "Dualismo Cartesiano".
Se trata de dividir al ser humano en dos partes, el cuerpo material que vemos y podemos tocar (incluido el cerebro, llamado "Res Extensa") y la "Res cogitans" el alma pensante, lo que ahora denominamos consciencia, que se situaría en algun punto indeterminado. ¿Dónde?, ya en el S. XIV, Gregorio Palamás lo tenía muy claro... en el "corazón"
"Sabemos a ciencia cierta que nuestra alma razonable (la que razona) no está dentro de nosotros como estaría en un vaso - puesto que es incorpórea- tampoco está fuera (puesto que está unida al cuerpo) sino que ella está en el corazón como en su órgano"
O sea, Gregorio Palamás tuvo la intuición que, de alguna manera, el corazón era un órgano "pensante".
Hoy en día la ciencia ha confirmado que en el corazón tenemos la segunda red de neuronas más importante después del mismo cerebro (la tercera red neuronal se encuentra en nuestro estómago), pero además el corazón dispone de un campo electromagnético que se extiende unos 2 y 4 metros en todas direcciones y es 5.000 veces más potente que el del cerebro). Existen más conexiones nerviosas desde el corazón al cerebro, que desde el cerebro al corazón.
"El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad" Anne Marquier
En la tradición cristiana existe además el concepto llamado "Gnostis Cardias". Su traducción del latín es directamente "un conocimiento que viene del corazón". Se refiere a unas intuiciones, informaciones, conclusiones, que inmediatamente sabemos que son ciertas y que, desde el corazón, son "escuchadas" o percibidas por la persona que tiene la paz interior y el silencio suficiente para oírlas. Normalmente, las personas las llaman "corazonadas".
Recordemos que de la misma manera que una persona que no tiene alma es una "desalmada", de una persona que no tiene conciencia (sin s más relacionada con los conceptos de procesamiento del bien y del mal) decimos que es "una persona sin corazón".
En el budismo tibetano la consciencia llamada "energía-mente muy sutil", se sitúa en un centro de energía vital que está en el corazón.
"El punto en que el budismo tibetano diverge de la neurociencia es la afirmación budista de un centro de energía vital en el corazón, en el que se sitúa la energía-mente muy sutil" - Dalai Lama ("Dormir, soñar, morir" )
Recordemos también que los egipcios descartaban el cerebro durante el proceso de embalsamamiento del cadáver. En cambio al corazón le daban muchísima importancia celebrándose la celestial ceremonia de pesaje del corazón al final de la vida (Juicio de Osiris).
El corazón se conservaba dentro del cuerpo, a diferencia del resto de vísceras, puesto que los egipcios creían que allí residía la inteligencia humana y sería necesario en la otra vida.
Por otra parte FELICIDAD en lenguaje egipcio ("Awt-ib"), significa literalmente “amplitud de corazón”).
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