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Para conseguir equilibrarnos es muy importante saber quiénes somos y qué queremos de la vida.
Y para saber quién eres, debes discernir entre la verdadera esencia de tu personalidad, y las capas de cebolla que el EGO ha colocado encima de ella para asfixiarla.
AHAMKARA, término sánscrito que proviene de la filosofía védica hindú. Significa EGO, el apego a uno mismo en su componente egoísta. Ahamkara es una palabra muy utilizada en la filosofía védica, (considerada la más antigua del mundo), compuesta de Aham, (que significa “yo”) y Kara que significa "todo aquello que ha sido creado (de forma artificial)". Tienes que discernir entre tu verdadera esencia y la persona que tu ego quiere que seas.
Al haber sido creado artificialmente y no pertenerte, el ego es sólo una ilusión. Pero una muy realista.
El ego es una herramienta indispensable hoy en día para subsistir en una sociedad deshumanizada. Pero el ego ego negativo sólo sirve para volvernos excluyentes, creernos diferentes/mejores que el resto de humanos que 'piensan diferente' y maltratar nuestra, ya tocada, psique.
Por esa misma razón también nos trae un sentido de separación de los demás, aislamiento, sufrimiento y de alienación. En la mayoría de los conflictos de nuestra vida, el ego es nuestro máximo enemigo para alcanzar la felicidad. Él es soberbio, orgulloso, perezoso, envidioso...quiere que le respeten.
¿Realmente mi ego es "YO"?
¿O con el paso de los años nos hemos transformado en otra persona diferente a la que éramos?
La persona que queríamos ser a los 20 años y la persona que somos en la actualidad, deberían ser la misma.
¿Lo es? ¿O algo se ha perdido u ocultado por el camino? Nada más cierto, ese ego es el disfraz de algo mucho más grande y desconocido. Algo que pretende dominarnos.
De hecho, el "yo - ego", es nuestro principal y casi único enemigo.
"Si tus emociones te dominan, serás esclav@ de las circunstancias"
Si no tenemos claro este concepto, toda nuestra interpretación del mundo y de lo que nos pasa en él, dependerá del color del cristal con el ego mire. Cualquier discusión de semáforo, cualquier cuñado en la cena familiar, cualquier amiga "desinteresada" puede arruinarnos el día atacando la parte más frágil de que disponemos, nuestro ego.
Nuestra obligación es vencerle, porque de lo contrario, la alternativa es que el EGO nos venza y nos convenza de que somos infelices, (incluso teniéndolo todo a nuestra disposición para no serlo).
Solo así podremos superar nuestros miedos, amarnos a nosotros mismos y triunfar en lo que nos propongamos.
Puesto que sabemos que el verdadero EQUILIBRIO no aparecerá como por arte de magia en nuestras vidas, tendremos que luchar como un samurai para conseguirlo.
Si no fuera por nuestro ego, las críticas no nos afectarían, la pereza no nos alcanzaría, no juzgaríamos a nadie, no nos quejaríamos de nada, y la inquietud por saber quiénes somos realmente dominaría nuestras vidas. Seríamos lo que quisiéramos ser.
La mayoría de los conflictos que tenemos con nuestro entorno social y familiar son debidos al ego, no a la circunstancia que provoca la discusión. Cualquier bronca con el jefe, crítica bienintencionada de un pariente, retraso de un amigo en una cita, discusión con un hijo/a, riña con la pareja, bronca política de ascensor con un vecino, etc, será utilizado por nuestro ego para hacerte sentir atacado/amenazado mediante los siguientes razonamientos internos:
- "¿Quién se ha creído que soy?"
- "Me está ninguneando"
- "No me tiene respeto, esto no puede quedar así"
- "Se va a enterar de quién soy yo"
- "Hasta aquí hemos llegado"
Y así hasta el infinito. Con lo cual, lo más fácil es que pierdas los estribos, se llegue a una situación de conflicto irresoluble y cometas un error en forma de grito, insulto, agresión física o psicológica que lleve a la otra persona al mismo callejón sin salida del que tú mism@ luego te arrepentirás de haberla llevado (y quizá el resto de tu vida).
Existen pocas cosas realmente importantes en esta vida, y tu relación con los tuyos, tus amigos o con tus compañeros de trabajo quizá sea una de ellas. No le des el gustazo a tu ego de perder una persona que quizá pueda ser importante para ti en tu futuro personal.
Debemos estar siempre alerta, mediante una atenta mirada a nuestro comportamiento, para así tener la oportunidad de evitar en el último momento, aquella frase rabiosa, aquella mirada de odio a una pareja, el desplante a un amigo, una bofetada a un hijo a destiempo.
La violencia sólo engendra violencia en un ciclo infinito que se retroalimenta. Analiza las causas subyacentes a tu comportamiento y piensa en qué consejos le darías a un amigo en tu misma situación.
Algunos de ellos podrían ser:
1. Siente las emociones en tu interior, pero no actúes. La secuencia correcta es "SIENTO - PIENSO - DECIDO - ACTÚO ". No saltes del "siento", al "actúo", ... siempre sale mal.
2. Detecta qué emociones son tu "punto débil". La envidia, la ira, los celos, la baja autoestima... Lucha contra ellas, ten comportamientos asertivos con quien quiere que te sientas inferior. Dile como te hace sentir su comportamiento. Dile que no quieres que se repita. Tiene que quedar claro que no se lo vas a permitir más.
3. Si te ha ocurrido algo importante, una discusión que se ha ido de madre con un vecino, pareja, hijo... detecta por escrito en una libreta, el "punto de no-retorno", aquel momento en que toda posibilidad de negociación o conversación civilizada se fue al traste. No eres responsable de sus acciones, pero sí de las tuyas. Averígua quién se pasó de la raya y si fuiste tú, procura que no se repita. Domínate.
4. Toma distancia cuando lo estés pasando realmente mal. ¿Crees que mañana estarás mejor?. Relativiza, ¿Tan importante es lo que me ha pasado?. ¿Podrá arreglarse con el tiempo?. Menos la muerte, todo tiene solución.
Todo es pasajero, nada es permanente
5. Cuando te veas realmente abrumado/a por las circunstancias, enciérrate en el baño. Haz ejercicios de respiración profunda mientras ocupas a tu mente con un mantra de tu elección. Baja las pulsaciones cardíacas. Mírate a los ojos en el espejo. Llora si lo necesitas. Que no quede nada. Respira hondo. Sigue. Piensa: "Todo es pasajero, nada es permanente", o "Todo lo malo tiene fin".
Desmontemos el relato del ego en nosotros.
Vive y obliga al ego a que te deje vivir.
Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
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