Ningún producto
El taoísmo relaciona el deseo extremo de riqueza y poder, como una de las fuentes de desequilibrio personal que más puede pervertir la moral y la vida de cualquier ser humano, degradando su voluntad y su claridad mental.
¿Por qué opinaban así, tan alejados de los estereotipos de hoy en día sobre los 'triunfadores' y los nuevos ricos?
Nacidos en una época convulsa de cambios radicales en la forma de gobernar en la antigua China, el 'taoísmo' y el 'confucionismo' eran herederos de un sistema de gobierno en decadencia.
Antiguos aristócratas esclavistas, taoístas y confucionistas fueron testigos impotentes de los cambios sociales que provocó una nueva clase social, los 'legistas', (partidarios del gobierno por la ley en lugar por el derecho de nacimiento, la aristocracia y los antiguos ritos).
Los 'legistas', mayoritariamente funcionarios de alto rango, y gremios de artesanos y comerciantes, apartaron del poder a los aristócratas esclavistas confucionistas y taoístas, que vieron repentinamente mermadas su fortuna y su posición social.
Pero los nuevos gobernantes legistas aprovecharon su fuerza recién adquirida para enriquecerse a través de la corrupción y el abuso de poder. Esas injusticias fueron aprovechadas por los taoístas para atacar a todo aquél que hiciera ostentanción de riqueza extrema y de mal gobierno:
“Aprovecharse es el comienzo del daño, la fortuna es predecesora del infortunio. Sino buscas fortuna, no tendrás infortunio […] para el cuerpo, la perfección es normalidad; las riquezas y la condición social son estados temporales” – Wen zi 59
El equilibrio cósmico del TAO y la Ley del Péndulo advierten que romper el equilibrio hacia un lado, provocará un rebote inevitable hacia el lado contrario:
“Cuanto más elevada es la posición social, más humilde debería ser uno; cuanto más importante el cargo, más cuidadoso debería ser uno; y cuanto más elevados los ingresos, más generoso debería ser uno. Quienes ejercen estas tres cualidades no son envidiados” – Wen zi 63
Para el taoísmo, en una sociedad en equilibrio, donde hay para todos, las personas donan, ofrecen, colaboran, surgiendo la justicia y la cortesía. En cambio, en una sociedad donde no hay suficiente para nadie, las personas compiten, surgiendo violencia y caos:
"Para quienes buscan el enriquecimiento, la lucha nunca cesa. [..] Cuando una sociedad está alborotada, los miembros de las clases gobernantes hacen el mal, pero la ley no puede detenerlos" - Wen Zi
Por ese motivo es tan importante un reparto equitativo de los bienes y de la riqueza, aunque el taoísmo recalca que el ideal supremo es no desear poseer, puesto que el Tao mismo no tiene intención de posesión en el acto mismo de crear (como una madre con un hijo que se independiza):
“El Tao natural incesante da nacimiento a los seres, pero no los posee; engendra la evolución pero no la gobierna” - Wen Zi Cap. 1
Que todo el mundo tenga lo necesario, implica que nadie puede desear más de lo que necesita. Lo que promueve las desigualdades (que provocan los desequilibrios sociales), es el ansia desmedida de riquezas a cualquier precio:
“(Los sabios) se adecúan a su verdadera condición y rechazan el resto, sin codiciar la ganancia ni acumular demasiado […] comían de acuerdo a la capacidad de sus vientres, se vestían según la necesidad de sus cuerpos, vivían en espacios suficientes […] consideraban el mundo como algo extraordinario, y así no intentaban poseerlo; dejaban a cada uno y a cada cosa en sí mismos y no buscaban provecho” – Wen zi Cap. 33-34
La extraña magia del Tao provoca que la fortuna viene cuando genuinamente estás satisfecho con lo que ya tienes, sin desear nada más. El siguiente párrafo parece un consejo para quienes invierten en bolsa o criptomonedas sin saber:
“Si buscas lo que no has conseguido, entonces lo que tienes está perdido; si te conformas con lo que tienes, entonces lo que quieres llegará […] Por ello, no hay fortuna mayor que no tener problemas, no hay provecho más grande que no tener pérdida” – Wen zi, Cap. 53
En el Wen zi se dice que existen dos tipos de personas, las que se mueven por dinero, y las que trabajan por el bienestar de todo el mundo. Los primeros son seres insolidarios, los segundos siguen el Camino (el TAO):
“Quienes trabajan por la gente no atacan a los inocentes, quienes trabajan por el beneficio (dinero) no acuden en socorro de quienes están en dificultad” – Wen zi 56
Otra forma de ver el mundo de la ambición personal desmedida es analizar sus riesgos. No todos consiguen lo que desean, y cada vez existe más codicia en el planeta, así que quizá no compense tanto esfuerzo y sufrimiento en volverse rico o poderoso.
De todo esto se hablará más extensamente en el artículo dedicado a la forma de gobierno correcta.
04/07/2022 - Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
ATENCIÓN:Todos los artículos tienen copyright FELITIA© y están registrados en el Registro de la Propiedad Intelectual. Prohibida su reproducción
¡TEMAS RELACIONADOS!