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Los monjes (y monjas) del desierto del siglo III en adelante, fueron personas valientes que huyeron del ritmo acelerado de las ciudades bajo el Imperio Romano, rechazando el oro, la posición social y el boato.
Buscaban un estilo de vida más sosegado que les permitiera el conocimiento de sí mismos, y la 'Unión con Dios'.
No se podían permitir tener 'depresiones', ni tristezas. Y si las tenían, luchaban contra ellas.
Al principio cada monje (abbá) y cada monja (amma), vivían completamente solos en las durísimas condiciones del desierto.
Su destino principal fue el desierto de Egipto (junto al Mar Rojo y también en el desierto profundo o "paneremos"), y ya en Tierra santa en las montañas de Siria hasta la misma Palestina.
Se establecieron en cuevas, grutas, ermitas y cualquier lugar donde se les permitiera confrontarse consigo mismos.
Contigo empezó todo.
También llamado Antonio el Grande, (o Antonio de Egipto), Antonio no fue el primero, pero si el más conocido inicialmente, en establecerse en el desierto (en el grabado le vemos con su característica cruz en forma de la letra griega "Ταυ", llamada "Crux Commissa" o de "San Antón").
Nacido en Heracleópolis Magna, (año 251 d.C). Se dice de él que acabó viviendo 105 años. Fue el primer monje cristiano y el fundador del movimiento eremítico.
Eremítico viene de “ermita” y ésta del griego ἐρημίτης cuyo significado es “del desierto”.
Siempre atendía a todo aquel que se acercaba en busca de consejo. Pero no solo eso, también parece que a través de la Divinidad consiguió cierto don para la sanación, actuando de proto-psicólogo, haciendo bueno el dicho ('Todo está en la mente'):
“A muchos que tenían dolencias corporales, les curó el Señor por medio de él. A otros les libró de los demonios. Dios concedió también a Antonio 'gran amabilidad en su conversación'. Así consoló a muchos tristes, a otros que estaban reñidos les reconcilió, de tal manera que se hicieron amigos” – Athanasius, 705
Hoy en día, San Antonio Abad es el patrono de los animales.
2. LA MOTIVACIÓN:
Desprenderse de todos los bienes
Pues esto mismo precisamente fue lo que hicieron los Padres del Desierto. Uno tras otro abandonaron todas sus posesiones en el imperio romano, y se fueron al desierto para estar cerca de Dios y para conocerse mejor a ellos mismos a través de la oración continua.
En el caso de Antonio, el desprendimiento fue el detonante, venderlo todo, dar los beneficios a los pobres e irse al desierto a los 20 años. En otros casos fueron las persecuciones a los cristianos, y el hastío del ritmo de vida de las ciudades, lo que impulsó un nuevo estilo de vida libre de cargas, ligero de equipaje y lleno de meditación y de contemplación, en la agreste y salvaje naturaleza del desierto egipcio.
“Hasta de la misma Roma acudían las personas para pedirles consejo. Tenían la sensación de que, en ese desierto, vivían hombres que sabían lo que es ser hombres, y hablaban de Dios con autenticidad, pues lo habían experimentado” - Anselm Grün
3. EL PAPEL DEL DEMONIO EN TODO ESTO
Se dice de Antonio que, al igual que Jesús, luchó contra las “sombras-demonio” en sus más diversas formas, (tentación de la riqueza con monedas de oro, o la tentación sexual en forma de demonios con cuerpo de mujer o de joven etíope, atacado por animales salvajes (como leones, lobos, osos, serpientes, escorpiones), saliendo magullado pero siempre victorioso.
Cuadro (“Las tentaciones de San Antonio” - El Bosco)
Pronto, la noticia de su ejemplo comenzó a atraer a otros como él, y en el año 300 d.C, ya no había ni una sola cueva o gruta de Egipto que no estuviera ocupada por algún juez, centurión, senador, patricio, o comerciante venido de Roma o de otros sitios de Oriente (algunos huyendo de las persecuciones a los cristianos y de los leones del Coliseo Romano).
Incluso hay quien asegura que una de las causas del declive de Roma y la división del Imperio en el de Oriente y Occidente, fue motivado por una emigración masiva de los hombres y mujeres con más talento, para autoaislarse de la decadencia y declive de la sociedad romana, en las necrópolis, cuevas, y grutas del desierto de Siria y Egipto.
Al estudio del ejemplo y de las enseñanzas de los primeros autores cristianos (“Padres y Madres del Desierto” incluidos), se le denomina “Patrística”.
EL AUTOR: Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
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