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Hay quien tira de tópico para justificar nuestra pretendida superioridad álmica respecto a los animales:
El célebre padre de la medicina y filósofo Hipócrates, el personaje científico más importante de la antiguedad clásica, y por el que los médicos de hoy en día aún utilizan su "juramento hipocrático", creía firmemente que:
"Existe un alma sensible, común al hombre y a los animales. El alma une al cuerpo con el espíritu - Hipócrates"
No tenemos motivos para creer ni desmentir que la teoría de la carencia de alma en los animales sea cierta. El mismo Pitágoras y sus discípulos creían fervientemente que los animales podían recibir el alma de seres humanos muertos. De hecho, Pitágoras creyó reconocer en un perro, el alma consciencia de un amigo fallecido hacía años atrás.
En la etimología de la palabra misma "Animal" encontramos la raíz "ánima" es decir, alma, de la que dispone un "ser animado". Es preferible puntualizar llamando "animal irracional", a los animales y "animal racional" al ser humano.
POR LO TANTO NO HAY RAZONES OBJETIVAS PARA CREER QUE LOS ANIMALES CAREZCAN DE ALMA (incluyéndonos a nosotros)
LA METEMPSICOSIS
Muchos estudiosos han creído que los animales tienen efectivamente, un alma. La discusión no era esa. Realmente lo que aquí se discutía era si el alma de un humano podía o no podía involucionar a su muerte y ocupar un cuerpo de animal en su siguiente reencarnación, tal y como opinaban los Pitagóricos.
De eso trata la metempsicosis, el progreso del alma de un estado de existencia inicial, a uno en teoría "peor" que el inicial (de humano a animal).
Los egipcios creían que ese viaje inverso era posible. Según el historiador Herodoto (II, 123), los egipcios veían factible la transmigración de las almas humanas a cuerpos de animales.
Los capítulos LXXVI a LXXXVIII del Libro de los Muertos están consagrados a la transformación del hombre en gavilán, golondrina, serpiente, cocodrilo y hasta en loto.
LOS ANIMALES Y LA HIPÓTESIS CABALISTA
Los cabalistas tenían un dicho:
"La piedra se convierte en planta, la planta en animal, el animal en hombre, el hombre en espíritu y el espíritu en Dios".
De hecho durante un largo periodo de la historia humana se creía que las personas podían reencarnar en animales. Hasta que algunos estudiosos espíritas como Allan Kardec, rechazaron de plano tal posibilidad y sugerían que el alma humana era producto de una evolución progresiva, que iba siempre hacia adelante y que no podía involucionar:
Hay entre la metempsicosis de los antiguos y la doctrina moderna de la reencarnación, esta gran diferencia, a saber, que los espíritus rechazan de manera absoluta la transmigración del hombre en los animales, y recíprocamente. (Le Livre des espirits, p. 96.) - Allan Kardec
EL SESGO ANTROPOCÉNTRICO
¿Quién puede asegurar que una consciencia de un animal (sobre todo los que se reconocen en un espejo), no pueda ser tan pura como la consciencia de un humano?
Solo porque una forma de vida no tenga la apariencia de un ser humano, y no utilice palabras, para comunicarse, no debe descartarse como especie inteligente/consciente y ser tratada como tal, con todos sus derechos intactos.
Uno de esos derechos futuros debería consistir en que la "consciencia-alma" de esos animales autoconscientes pudiera equipararse a la "consciencia-alma" de un ser humano, en términos legales.
Sobre todo puesto que la capacidad de sufrir/amar, por los seres queridos de ambos y su capacidad de sacrificarse por la vida de otros, es prácticamente la misma. El delfín salva decenas de humanos de ser atacados por tiburones todos los años. Y no somos de su especie...
En esa línea, una jueza argentina acaba de conceder a una orangutana llamada Sandra el título de "sujeto no-humano", y por tanto, su cautiverio viola los derechos que ella titulariza.
Somos esclavos de la estética y de las apariencias, (nos gusta aquello que se parece lo más posible a nosotros, y eso sirve para la elección de pareja, amistades y grupos afines ya sean deportivos o políticos o religiosos).
Por ese motivo, quizá por eso mismo quizá exista el racismo (el odio a lo "diferente"), y otras tantas lacras de las que más vale no enorgullecerse.
Quien sabe, una forma de racismo podría ser no considerar a los animales merecedores del derecho inalienable de disponer de su propia alma.
Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
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