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Este método hawaiano ancestral de curación se basa en repetir una y otra vez mental u oralmente, la sentencia:
LO SIENTO / PERDÓNAME / GRACIAS / TE AMO
Estas palabras se repiten manteniendo en la mente la imagen de la situación o persona con la que se tiene un conflicto a resolver (una madre con su hijo, un empleado con su jefe, un amigo/a a otro amigo/a, un marido a su esposa, un parado a la figura del trabajo, una hija con su madre).
A la práctica de este mantra se le llama "LIMPIAR". o sea, limpiar conscientemente el conflicto con la persona o circunstancia para que así la energía pueda fluir y sanarla.
Se dirige al subconsciente, que es donde residen las memorias que presiden los procesos mentales, para reclamar la reconciliación y el perdón.
Cuando una situación emocional difícil empieza a producirse, cuando algún miembro de la comunidad sueña con otro y le produce un gran impacto emocional, o un niño se pone enfermo de forma súbita, los kahunas reúnen a toda la familia, y realizan una especie de "terapia de grupo". Una confesión comunitaria liberadora de las experiencias por las que está pasando la persona implicada que ayudará a toda la comunidad.
En muchas culturas polinesias, se cree que los errores de las personas (llamados “hara” o “hala”), provocan enfermedades, ya sea porque enojan a los dioses, porque atraen a dioses malevolentes, o porque el sentimiento de culpa consciente/inconsciente de sus propios errores les enferma.
¿QUÉ PUEDE PROVOCAR ENFERMEDADES?
(SEGÚN EL HO’OPONOPONO)
Según se cree en las Islas de Vanuatu éstas son las principales causas de enfermedad;
- Una mala conducta sexual.
- La ira crónica.
Mantener esa mala práctica en secreto es lo que le da el poder a la enfermedad, en cuanto el error es confesado, pierde su poder sobre la persona.
Otros pueblos creen que los errores de los padres (como las malas conductas o las peleas) pueden recaer sobre los hijos, o sobre la fertilidad de sus cultivos (otros lo llamarían esparcir malas vibraciones).
En esto se parece mucho a la religión hebrea puesto que los judíos consideran que la enfermedad sobreviene a la persona por sus pecados y por haberse apartado de la ley de Dios.
”Si escuchas a Yahvé, tu Dios; si obras lo que es recto a sus ojos; si das oído a sus mandatos y guardas todas sus leyes, no traeré sobre ti ninguna de las plagas con que he afligido a Egipto, porque yo soy Yahvé, tu sanador” – Éxodo 15,26
También aparece en Deuteronomio, un listado de maldiciones si no se obedece la ley de Dios;
“Sino cuidas de poner por obra todas las palabras de esta Ley, escritas en este libro, (la Biblia) […] hará Yahvé portentosos tus azotes […] enfermedades graves y obstinadas. […] Y hará volver sobre ti todos los males de Egipto, delante de cuales temiste, y se te pegarán. Asimismo toda enfermedad y plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruido – Deut, 28: 58,60, 61”
Por eso en Oriente existe una creencia universal en la curación de enfermedades a través del poder supernatural de alguna persona, reputada como representante de Dios, y que ejerce de sanador o curandero.
Quizá sea eso mismo sea lo que practiquen los kahunas, los intermediadores de HO’OPONOPONO.
Esta doctrina de curación fue dada a conocer internacionalmente desde que en un psiquiátrico de Hawaii (especialmente problemático y extremadamente violento), se produjo la intervención del Dr. Hew Len, un psicólogo que curó casi a todos los enfermos mentales del internado sin verlos ni una sola vez, sólamente aplicando HO’OPONOPONO.
Los métodos psiquiátricos occidentales (compuestos principalmente de brutales electroshocks, y de barbitúricos agresivos), no funcionaban en dicho ambiente, y se decidió contar con los servicios del Dr. Hew Len, tal y como explica el libro de Joe Vitale, “Cero límites”
"El doctor Len estudió los expedientes de dichos pacientes con el compromiso de no tener contacto alguno con ellos. Nunca habló con ellos, ni les dio una sola charla. Su estrategia era leer su expediente, ponerse en la piel de su protagonista, interiorizar su personalidad, y trabajar la idea de que ayudándolos a ellos se ayudaba a sí mismo a ser más libre.
Con eso conseguía curar a sus pacientes, simulando ser cada uno de ellos y poniéndose en su piel, comprendiendo las situaciones que les habían llevado a encontrarse en la situación límite de haber sido internados en un psiquiátrico, y perdonándolos, amándolos, dándoles las gracias por permitirle ser más libre" - Joe Vitale
Pero después de las siguientes declaraciones podríamos definir al Dr. Len como a un Anti-Gurú.
“No lo hice por ellos, lo hice por mí” declaró el Dr. Len en una entrevista “mi objetivo es ser libre, si ellos se benefician también, fantástico pero esa no era mi intención principal. Al Universo no le importa salvar a nadie, le importa que tú seas 100% responsable. Ni siquiera quería aceptar el trabajo pero un amigo me dijo. “Necesitamos algo de ayuda aquí”, y un año y medio más tarde me vi sumergido en ese mismo psiquiátrico con todas las celdas de aislamiento llenas hasta los topes. Me pregunté, ¿qué está ocurriendo en mí que hace que esté experimentando esto? Así que empecé a hacer mi limpieza y en unos 3 o 4 meses ya no quedaba nadie en las celdas de aislamiento. Pero para que pudieran volver a sus casas hicieron falta años.”
Es así como funciona. Empleando el HO’OPONOPONO se empatiza con el paciente, es importante no juzgarle y eliminar todo prejuicio contra él como ser humano. Casi exactamente el modelo que preconiza el juramento hipocrático en su versión moderna.
Versión del Juramento Hipocrático de Louis Lasagna
“Recordaré que no trato una gráfica de fiebre o un crecimiento canceroso, sino a un ser humano enfermo cuya enfermedad puede afectar a su familia y a su estabilidad económica. Si voy a cuidar de manera adecuada a los enfermos, mi responsabilidad incluye estos problemas relacionados”.
Eso significa que uno mismo es al 100% responsable de su propio estado de salud. Tal y como dice Shakespeare en el soneto 146 del libro de Purcell.
“Hay tragedias en nuestras vidas porque no miramos en el origen de los problemas, que siempre se encuentra en el interior de uno mismo”.
Según el Dr. Len nosotros “creamos” las condiciones de las experiencias que vivimos.
"Si te agrede un loco por la calle, eres tú quien lo ha creado para agredirte a ti mismo"
Debemos bucear dentro de nuestro subconsciente para efectuar una “limpieza” en la base de datos que ha provocado la información necesaria para crear al lunático.
Si somos capaces de enamorarnos de los datos que han provocado en nuestro interior la percepción (buena o mala) que tenemos de una persona, podremos sanar a esa persona y nuestra relación con ella.
IMPORTANTE: nunca más debemos preguntarnos qué fue lo que la sanó, (la intención, la física cuántica, la magia, no quieras “saber” sino “hacer”, sin hacerte muchas preguntas), puesto que si lo hacemos estamos volviendo a cargar el programa de la base de datos que creó el problema.
Del borrado de esos datos surge el fantasma que cura, como un río al que se le han apartado los obstáculos que lo obturaban y fluye libremente de nuevo.
Una vez limpias tu dependencia de los datos, se despliega ante ti lo que sea que la Fuente te tenga reservado. Así que una práctica de limpieza de datos podría ser expresarle a la Fuente;
“Lo siento, por favor límpiame de cualquier dato que esté funcionando en mí que necesite corregir”
Si una vez limpio te sientes bien, haz lo que tengas que hacer, pero si una vez limpio te sientes mal, anula esa cita, o esa entrevista, o esas cosas que tengas en mente hacer. El propósito de la limpieza es liberarse a los datos, ellos y nuestra capacidad de intuir, nos dirán lo que es bueno para nosotros, pero sobre todo, lo que no lo es.
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