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El alma humana aparece en multitud de textos antiguos y películas de Hollywood.
Pero la existencia del alma aún no ha sido demostrada por la ciencia.
Por otra parte, existen diversas hipótesis y datos científicos que apuntan a que una parte de nosotros sobrevive a la muerte física. Por lo tanto, habrá que darle algún nombre, ya sea alma o ya sea consciencia.
En un artículo anterior llamado "Divisiones en el ser humano", ya expusimos las diferentes estructuras que, según todas las tradiciones, integran nuestra globalidad como seres vivos y autoconscientes.
Todas estas tradiciones milenarias opinan que los seres humanos tenemos cuatro partes diferenciadas; el CUERPO FÍSICO, el CUERPO MENTAL (noûs), el ALMA y el ESPÍRITU.
Desde las investigaciones del Dr. Ian Stevenson sobre la reencarnación, hasta científicos que han trabajado con las Experiencias Cercanas a la Muerte, (o han sido los protagonistas de una de ellas), todas esas evidencias sumadas están empezando a levantar un muro infranqueable para los escépticos negacionistas de la existencia del alma humana.
El alma forma parte de nuestro conjunto 'ATEMPORAL', (que nunca nació y que nunca morirá), juntamente con el Espíritu (una especie de energía o aliento de vida):
“¿No sientes que nuestra alma es inmortal y que no perece jamás?” – Platón ‘La República’ Libro X, IX
En algunos ambientes al ALMA se la llama también "CONSCIENCIA".
El espíritu divino tiene tres aspectos, neshamah, ruah, y nefesh. El aspecto de Dios entendido como AUTOCONSCIENCIA, que aparece en varias tradiciones es la llamada "Neshamá" que se insufla en el ser humano y se convierte en Nefesh.
Ese aspecto del NEFESH - alma individual nos pertenece única y exclusivamente a nosotros, puesto que "es" realmente nosotros, nuestra verdadera esencia. Muchas veces una identificación demasiado científica con nuestro cuerpo o nuestra mente, nos lleva a no tomar conciencia de nuestra verdadera naturaleza como seres humanos.
"El centro y punto cardinal de la existencia humana para los científicos positivistas es el cerebro que, gracias a unos procesos neurológicos complejos, produce, según ellos, la consciencia. La mística asegura lo contrario: no es el cerebro el que produce la consciencia, sino que ésta crea formas y, asimismo, un cerebro. En consecuencia, en primer lugar, no somos un sistema celular bioquímico complejo, sino espíritu […] El intelecto es una manifestación concreta del espíritu, y el cerebro no es otra cosa que la densificación material de energía espiritual" - Willigis Jäger, monje benedictino y maestro zen, escritor (fragmento de “La ola es el mar”)
Es decir el alma-consciencia-nefesh se trataría de nuestra verdadera personalidad eterna, la esencia que nos define, la que nos manda y ordena a hacer el bien (si le hacemos caso) y que está separada de la mente y de sus condicionantes: miedos, fobias y traumas ... en definitiva, la esencia misma de lo que somos (sin el ego).
Por lo tanto: "alma" y "espíritu" son elementos totalmente diferentes entre ellos, puesto que el espíritu de Dios (neshamá) es pura energía que nos mueve y que pertenece a la divinidad misma.
Esa energía llamada "espíritu", nos es "prestada" temporalmente. Es como la gasolina del taxi, está dentro del taxi pero no "es" el taxi.
Siguiendo esta misma analogía, la mente sería el conductor del taxi y nuestro cuerpo físico es el taxi propiamente.
El alma sería el cliente del taxista.
Por eso es tan importante que el taxi (las decisiones del cuerpo físico) vayan en sentido de lo que quiere el cliente (el alma-consciencia), y no se deje decidir al conductor (la mente), el recorrido del viaje, ni su destino, puesto que la mente-miente todo el tiempo y es prisionera de las preferencias, carencias y exigencias del ego.
Y nosotros somos realmente el alma-consciencia, el cliente del taxi, un cuerpo físico temporal que tarde o temprano morirá.
HINDUISMO Y ALMA
Por ejemplo, en el hinduismo, a lo que nosotros llamamos espíritu (la energía), ellos lo llaman 'Âtman'.
El 'Atman' (la energía de Dios en nosotros) y Dios - Suprema Realidad - Verdad (Brahma), son una y la misma cosa (es decir comparten idéntica naturaleza y sustancia).
En cambio, el alma-consciencia individual de cada persona se llama Jiva. Se produce cuando la luz reflejada por el Âtman (espíritu divino), que está en nuestro interior (chispa divina), permitimos que se convierta en nuestra propia consciencia, haciéndonos seres únicos e irrepetibles, a imagen y semejanza de la energía creadora o espíritu. Âtman como energía-fuente y origen del Jiva, que puede (y debe) volver a su propietario (Brahma, el dios creador del Universo) puesto que comparte su misma naturaleza.
Entonces, para los hinduistas, el Jiva (el alma) no es totalmente "La Fuente" (Dios), sino su mismo reflejo (de la misma manera que el reflejo de la luna en un lago, sin ser la luna, tampoco es otra cosa).
El jiva (alma-consciencia individual) extrae su ser-consciencia (energía) del Âtman (Espíritu-aliento de vida divino), por eso no puede existir independientemente de Él.
Según se cree en la Teoría de la Preexistencia de las Almas, (idea aceptada tanto en el neoplatonismo, como en el gnosticismo cristiano primitivo, o en el hinduismo, sijismo y en el budismo), esta consciencia-personalidad-alma pura, viene de nuestras vidas pasadas a través de la "Rueda de las reencarnaciones" o Samsara, (vidas pasadas de las que no nos acordamos al nacer).
Según muchos estudiosos, en el alma inconsciente se van almacenando todos los recuerdos de la vida actual, conservándose también todos los recuerdos de nuestras anteriores existencias, adquiridos a través de las diversas reencarnaciones. Esos recuerdos son parcialmente borrados para que no interfieran durante la vida en la Tierra, puesto que cada alma escoge su próximo cuerpo en virtud de una misión a ejecutar, con lo cual, ni uno mismo se acuerda de la misión, al ser convenientemente borrada justo antes de encarnar:
"Luego las llevaban (a las almas) a la Llanura del Olvido, al río de la Despreocupación, cuya agua no puede ser contenida por ninguna vasija. Era preciso que cada uno bebiera de esta agua hasta cierta cantidad. Las que por imprudentes no se contienen y beben más allá de la medida prescrita, pierden absolutamente la memoria" - Platón, La República - Libro X, XI
Este mismo concepto aparece en un libro proto-cristiano muy antiguo llamado 'Pistis Sophia'.
ADVAITAS VEDANTAS Y LA 'CHISPA DIVINA'
El libro sagrado 'Yajur Veda', uno de los cuatro vedas escritos hace 3.600 años, (las escrituras sagradas más antiguas de la India) contiene el Bṛihadāraṇyaka-upaniṣad, (uno de los upanishad más antiguos).
Allí se explica que cuando una persona alcanza la iluminación puede decir "Yo soy Brahm" (Aham Brahm Asmi), y significa que el elemento consciente en una persona (el que piensa), se da cuenta de pronto, que uno no es otra cosa que la "consciencia total" (e indivisible), que todo lo ha engendrado (aquello tan repetido que se resume en el "We are one" (Todos somos Uno), entre todos nosotros y todos somos Uno con la Divinidad misma.
De ahí el mandamiento de Jesucristo, "ama al prójimo como a ti mismo". Puesto que "tú" eres también "él".
Aunque ese "tú" y ese "él" forman parte de un tipo de pensamiento dualista que nos ve como entidades independientes, aún sin serlo, puesto que estamos inmersos en el "Maya", o mundo ilusorio.
Se cuenta la anécdota de un entrevistador que le hizo la siguiente pregunta a Sri Ramana Maharshi, asceta indio que se escapó a los 16 años para ir a vivir toda su vida a la montaña sagrada Arunachala:
- ENTREVISTADOR: ¿Cómo deberíamos tratar a los otros?
- Sri RAMANA MAHARSHI: No hay otros.
LA LUZ DE DIOS EN NOSOTROS
LA "CHISPA DIVINA"
En Proverbios 20:27 del Antiguo Testamento se explica algo parecido, la luz de Dios en nosotros:
"El espíritu de un hombre es la luz de Yahvé, penetra todo lo más íntimo del ser".
"Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza"
Siempre habíamos creído que hablaba de lo físico... pero quizá nos equivocábamos, y la idea de semejanza haga referencia a que compartimos la luz de Dios que habita en nosotros, llamada por los gnósticos cristianos la "Chispa Divina".
Nuestro "Sí-mismo", nuestra esencia, entonces incorpora una componente no-humana, llamada la "Chispa Divina" proveniente de la sustancia de la que está compuesta la divinidad misma.
En la tradición cristiana están surgiendo voces especializadas que reclaman una vuelta a los verdaderos orígenes, a los tiempos en los que se prestaba más atención a la parte inmortal y eterna dentro de nosotros (Alma + "Chispa divina") que al miedo por el pecado, la culpa, los mandamientos y el remordimiento.
"No alcanzaremos el humanismo auténtico a través de los mandamientos, sino a través del conocimiento y de la experiencia mística de unidad con todos los seres. Tenemos que avanzar hacia nuestra fuente auténtica, nuestra naturaleza verdadera, nuestro núcleo divino, o como lo queramos llamar" - Willigis Jagër
En el alma-consciencia estaría pues incluido el Sí-mismo ("Seibst"), propuesto por Carl G. Jung y Sri Ramana Maharshi, la "totalidad eterna del ser humano". En el Budismo se dice que la naturaleza esencial que somos sería la “consciencia” o "mente-muy-sutil", a la que curiosamente se le da el nombre de "Clara Luz".
Comprende tanto la psique consciente como la inconsciente (la psique de la que no se es consciente).
Según algunas tradiciones, (no la cristiana), el conjunto "Sí-mismo / alma humana" sería de naturaleza inmortal, y sobre ella se acumulan todas las experiencias pertenecientes a diferentes existencias vividas por la persona.
El conjunto total consciente-inconsciente, que es parte de la CONSCIENCIA eterna en nosotros, es mucho más sabio que nosotros mismos, y responsable de más del 95% de las decisiones que tomamos en nuestra vida.
"No busques la amistad de quienes tienen el alma impura. Asóciate con quienes tienen el alma hermosa y buena"- Buddha
¿DÓNDE ESTÁ EL ALMA?
Descartes asociaba la glándula pineal a la sede del alma, ¿y dónde está la glándula pineal?. Dentro de la cabeza.
Ejemplo 1: Aquí vemos un bajorrelieve de un sarcófago romano del año 185 d.C. En él se aprecia al titán Prometeo construyendo al primer hombre, y a Atenea dándole la vida al tocarlo en la cabeza con una mariposa, símbolo del alma humana. A su lado Psyché (el alma) en forma humana, vuela con sus alas de mariposa.
Ejemplo 2: vemos esta extraordinaria obra de Carl H. Bloch (1877) llamada "El Sermón de la Montaña". En ella, el niño de la izquierda descubre la mariposa en la cabeza (otra vez), de la mujer.
Pero el único lugar donde se menciona específicamente un lugar físico de emplazamiento del alma, es en el libro llamado "Corpus Hermeticum" asignado a Hermes Trismegisto. En él se narra el lugar donde radica el alma, aunque no es muy específico:
"Ese bendito dios (en minúscula), el Agathos Daimon, dijo: "El alma está en el cuerpo, la mente está en el alma, y Dios (en mayúsculas) está en la mente". La parte más sutil de la materia es, por tanto, el aire; la parte más sutil del aire es el alma; la parte más sutil del alma es la mente [conciencia]; y la parte más sutil de la mente [conSciencia] es Dios. Y Dios trata con todas las cosas, e impregna todas las cosas; la mente trata con el alma; el alma trata con el aire, y el aire trata con la materia grosera".
CONCLUSIÓN:
En resumen, la consciencia o alma vendría a ser:
"La parte eterna inherente a tu verdadera personalidad, lo que has sido, eres y serás, (una vez eliminado el condicionamiento social, las creencias personales, los miedos y el ego) y que transporta la "chispa divina", sobreviviendo a la muerte física"
Según esta concepción, el alma hace acopio de todas las experiencias vividas en nuestro plano físico y se las lleva consigo en el momento de la muerte del cuerpo físico.
En cambio, para el resto de religiones abrahámicas no creyentes en la reencarnación (judíos, católicos, ortodoxos, protestantes, y musulmanes), en función de sus obras durante la existencia, esas almas pueden ir al paraíso o "Reino de los Cielos" (si eres católico), "o "Sheol" si eres judío saduceo, o al Paraíso musulmán "Yannah", donde continuará existiendo.
O si las obras fueron negativas se irá directamente al Purgatorio o al Infierno (cristianos).
¿PODEMOS COMUNICARNOS CON EL ALMA?
En ocasiones puede llegar a comunicarse con nosotros a través de:
a. Regresiones a vidas pasadas a través de la hipnosis.
b. Casualidades, coincidencias imposibles. Lo que Carl Gustav Jung llamó "sincronicidades".
c. Comunicaciones y premoniciones en sueños.
d. Mediante una vida dedicada a la meditación, la plegaria y a la trascendencia.
Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
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