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"Así como el alma encarnada pasa continuamente, en este cuerpo, de la niñez a la juventud y a la vejez, el alma pasa de manera similar a otro cuerpo al morir. Una persona sobria no se desconcierta ante tal cambio - Bhagavad-Gita 2,13"
Después de la muerte de Jesús, no hubo una posición unitaria de los "Padres de la Iglesia" al respecto del tema de la reencarnación.
Para hacernos una idea de lo diferentes que eran entre sí los primeros cristianos, hay que tener en cuenta que estaban formados por diferentes grupos:
CRISTIANOS PRIMITIVOS A LA MUERTE DE JESÚS
1.- JUDEO-CRISTIANOS: ex-judíos puros convertidos al nuevo mensaje de Jesús. Creían que Jesús era el Mesías pero sólo de Israel. Quien quería salvarse, primero tenía que hacerse judío como ellos. Los hombres tenían que circuncidarse. Y cuando viniera Jesús de nuevo, el Reino que traería sería para Israel. La 'Ley' de Moisés seguía vigente para ellos.
La única diferencia con los judíos era que aceptaban a Jesús como Mesías, y seguían una línea muy parecida a las enseñanzas teológicas de Jesús el Cristo.
2.- PAULINOS NEO-CRISTIANOS: Recién convertidos desde el paganismo (no-judíos) por Pablo de Tarso durante sus viajes. La mayoría de los cuales sí creía en la reencarnación (desde romanos seguidores del mitraismo, a maniqueos, a seguidores de Zoroastro, Afrodita, o del culto a Isis, entre otros). Ellos creían que Dios le había llamado a su lado, porque Jesús era en verdad el Mesías.
3.- LOS GNÓSTICOS: Los 'gnostikoi', de fuertes raíces platónicas y con sede en Alejandría, defendían que se puede adorar a Dios, (tanto uno exterior como al dios presente en la 'Chispa Divina' en nuestro interior), desde la sabiduría que aporta el CONOCIMIENTO. De ellos, y de sus libros prohibidos por la iglesia primitiva, se habla en este libro: "La Wifi de Dios".
Al no haber una posición consensuada, en esa época muchas personas continuaron creyendo como habían hecho siempre en la reencarnación a través de la (hoy en día) prohibida creencia para un católico, de la "Preexistencia de las almas".
Defiende que las almas existen antes incluso del nacimiento del cuerpo físico.
"Un alma creada por Dios en algún momento del pasado, entra en el cuerpo humano en algún instante al principio del desarrollo del feto. Pero esa alma contenida dentro de todas las personas, habría tenido una existencia personal consciente en un estado previo al humano. Estas almas pecan en diversos grados dentro de ese estado/dimensión preexistente (angelical), condenándose a "nacer a este mundo en un estado de pecado y en conexión con un cuerpo material"
Entonces, gran cantidad de proto-cristianos sí creía en la reencarnación, puesto que al Apostol Pablo, (al que se le atribuyen 14 de las famosas 21 Cartas del Nuevo Testamento y que nunca conoció a Jesús en persona), evangelizó cristianamente sobretodo a romanos en sus largos viajes, puesto que él propiamente era ciudadano romano de nacimiento (Hechos 22:25-29) y ellos sí creían en la reencarnación.
El apostol San Pablo, también evangelizó paganos (no-judíos, creyentes en una amplia amalgama de tradiciones espirituales), contraviniendo las órdenes iniciales del núcleo duro del Mesías.
Sobre todo los del área de influencia griega, puesto que ellos sí eran partidarios de la pre-existencia de las almas y de la reencarnación como concepto.
Un ejemplo: los cristianos gnósticos y partidarios del Platonismo medio de Alejandría. Clemente de Alejandría (en el grabado), un gnóstico, fue el maestro de Orígenes uno de los grandes padres de la Iglesia y uno de los primeros represaliados (post-mortem) por el emperador romano Justiniano, debido a su creencia en la pre-existencia de las almas y en la reencarnación).
Todas esas tendencias, la de los judeo-cristianos, los paulinos, la de los gnósticos cristianos y paganos convertidos al cristianismo primitivo, coexistieron no sin ciertos roces, hasta la llegada del Emperador Constantino, de religión mitraica y su madre cristiana (Santa Elena), que prometieron que dejarían de mandar cristianos a los leones, si entre ellos lograban ponerse de acuerdo en un pensamiento único que pudiera ayudar al emperador a afianzarse en el poder.
"La preexistencia del alma ha sido aceptada por algunos de los primeros teólogos cristianos, sobre todo por los que estaban más familiarizados con la filosofía de Platón, como Orígenes y los gnósticos, lo que queda de manifiesto tanto en los textos de Nag-Hammadi, como en las críticas que les hace Ireneo de Lyon. Aparece también en Sinesio de Cirene e incluso asoma en Gregorio de Nazianzo. Esta idea estuvo presente hasta que en el II Concilio de Constantinopla, celebrado en 553, fueron declarados anatemas aquéllos que la defendieran" - Antonio Piñero
Entonces, según el catedrático Antonio Piñero, ser cristiano y creer en la reencarnación fue perfectamente posible durante los primeros 520 años de cristianismo, pero todo eso terminó a la llegada del emperador Justiniano y su mujer Teodora.
Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
¿QUIÉN SE CARGÓ LA CREENCIA EN LA REENCARNACIÓN?
ORÍGENES, Jesucristo y la Reencarnación
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