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Según el catedrático Antonio Piñero, existen en la actualidad más de 500 confesiones cristianas que hoy en día continúan transmitiendo el mensaje de Jesucristo.
Una de las primeras divisiones importantes que sufrió la llamada "Gran Iglesia Cristiana", fue el 'Cisma de Oriente' en el que los cristianos fueron divididos en dos grupos (ortodoxos y católicos) debido a diferentes interpretaciones de la naturaleza de Jesucristo y su mensaje.
El Papa Católico y el Patriarca Ortodoxo se excomulgan mútuamente en el año 1054 d.C.
Pero un tercer 'cisma silencioso' lo protagonizaron pocos años más tarde, los llamados "herejes albigenses", los CÁTAROS, término que deriva de "Katharoí" que significa, "puros", es decir "los cristianos de vida pura".
Aunque su mensaje fue declarado herético (por lo tanto prohibido), y ellos fueron exterminados, nos ha parecido interesante reflejarlo en estas líneas debido a su influencia en la historia, y por que nos presenta un cristianismo muy parecido al inicial, mujeres y hombres comparten igual rango, tendencia a la vida sencilla, ascética, antijerárquica y oracional.
Todo ello muy alejado del lujo y de la ostentación de los cargos eclesiásticos masculinos durante los últimos 1.500 años.
INFLUENCIA CÁTARA
Los Cátaros se extendieron por Italia, Francia, España y Marruecos a partir de los Paulicianos o Paulinos, que huyeron de las persecuciones de los otómanos musulmanes desde la Capadocia griega hasta Bulgaria, donde pasaron a ser denominados los "bogomilos" (los "amados por Dios").
Los últimos Cátaros fueron quemados en el "Prado de los Quemados" del Castillo de Montsegur por el papa Inocencio III en la llamada "Cruzada Albiguense". Madres e hijas se dirigieron a la hoguera entonando canciones de alabanza a Jesucristo, demostrando una valentía y entereza envidiables.
Esa fue la primera cruzada que se desarrolló en territorio cristiano pero no la primera dirigida contra cristianos, puesto que históricamente ya se había perseguido antes a otros cristianos 'disidentes' por parte de la iglesia de Roma, como los arrianos o los nestorianos.
En el grabado "Expulsión de los cátaros de Carcassonne" 1209.
De todas maneras, la influencia cátara perdurará hasta influir en el cuarto gran cisma de la Gran Iglesia, la Reforma Luterana protestante que vuelve a dividir profundamente la familia cristiana.
Según la doctrina cátara, Dios o "Principio Bueno", crea a los ángeles de todo tipo, pero el "Dios Extraño" /'Déu estrany', un demiurgo-demonio, pervierte y/o engaña a muchos de ellos hasta hacerlos caer en la materia, (al Universo que conocemos).
A los ángeles caídos malvados, Satanás los recluta como ejército para su causa, y a los ángeles caídos pero que se niegan a servirle, el ser malvado los reviste de un cuerpo material de carne, dentro del cual, esas almas iluminadas no se acuerdan de su origen divino.
Así pues;
1. El alma del ser humano se corresponde con la parte divina del ser humano, creada por el "Principio Bueno", (el del Nuevo Testamento, puesto que el dios del Viejo Testamento, vengativo y celoso llamado Yahvé, no se correspondía con ese Principio Bueno generador de todo).
La otra parte del ser humano, el cuerpo físico, con sus dependencias y tendencias negativas, es creada por el "Principio Malvado"
2. Este alma humana que habita en el interior del cuerpo físico, tiene su "mellizo celestial" o parte superior en el Cielo. Eso significa que el alma humana sólo es una parte o pedazo del alma personal.
Al contrario que los católicos, los cátaros sí creían que el alma sufría el proceso denominado "REENCARNACIÓN", es decir, que volvía a un cuerpo físico nuevo después de morir.
Eso formaba parte de un proceso de purificación (parecido al concepto de Samsara hindú) que permitía al alma acordarse cada vez más de su origen divino y anhelar completar su alma.
3. A través de una vida ascética, en la que los llamados "creyentes" no tomaban carne, vivían de forma sencilla, ascética y culminaban el sacramento propio o ritual de iniciación llamado "Consolamentum", (consistente en una imposición de manos por parte de los "perfectos"), el alma humana al morir podía reunirse de nuevo con su complemento celestial, evitando así el proceso de las contínuas reencarnaciones en cuerpos físicos.
Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
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