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La expresión "Síndrome del Emperador" proviene de la China moderna, donde las parejas tenían prohibido tener más de un hijo.
Ese único hijo se convertía en un elemento mimado y súper-protegido, sujeto a todo tipo de caprichos que automáticamente eran saciados por sus padres, muchas veces ya mayores.
El problema llega cuando el emperador se convierte en tirano y no consiente que sus deseos no se cumplan, incluso en ocasiones utilizando la violencia.
La violencia intrafamiliar contra los seres “queridos”, no es un fenómeno nuevo.
Al contrario de lo que podría parecer, la violencia ejercida por adolescentes contra miembros de la unidad familiar (madres, hermanos, hermanas, abuelas, abuelos) para conseguir unos fines determinados, se remonta a la noche de los tiempos, aunque en los últimos años ha adquirido más notoriedad debido a que el número de denuncias en comisaria a parientes cercanos, ha aumentado.
Además de un mayor número de denunciantes desesperados, el incremento en el número de divorcios ha dejado a los niños en un papel dominante en las relaciones rotas.
Ninguno de los progenitores quiere quedarse atrás en el reparto de cariño y suministran a los pequeños todo lo que les piden sin cuestionarse si hacen bien o mal.
1. CRIA CUERVOS Y TE SACARÁN LOS OJOS
Malcriar a los hijos tiene un efecto secundario, se vuelven contra ti, pero de igual forma que ocurre en la violencia de género, las víctimas deciden quitarse el velo que cubre sus ojos, y se dan cuenta que la situación ya no va ir nunca a mejor, que su hijo maltratador no va a cambiar de la noche a la mañana por arte de magia. Y aciertan plenamente. Ahora sabemos que nunca cambian sin la ayuda de un buen profesional.
Los padres eligen quien va a ayudar a sus hijos;
- Pronto: con ayuda de un psicólogo dándole la terapia que ellos no supieron.
- Tarde: con la ayuda de un juez que privará al violento de su libertad durante una temporada.
"El Emperador que hay en ti, sólo puede dominar a una persona; a ti mismo " Gao Xingjian
La tercera opción es que, si no hacemos algo, la persona que termine ayudando a nuestro hijo o nieto, será el jefe de planta de un centro psiquiátrico, aunque nadie espera llegar tan lejos, (el adolescente seguro que no, aunque no sería el primero).
Decimos hijo y no hija, puesto que este fenómeno es mayoritariamente, (aunque no únicamente) protagonizado por chicos, aunque también se han visto excepciones en el programa de televisión “Hermano Mayor”, en las que la persona conflictiva es una chica, los porcentajes no son comparables en absoluto.
Como ocurre con la violencia de género, hoy en día las víctimas (los padres o abuelos) se han cansado de recibir y han empezado a denunciar.
Lo que antes no pasaba de ser un problema de actitud (un niño rebelde), hoy en día se ha convertido en un problema grave que se enquista en la sociedad. Y eso ocurre porque los menores cada vez están más enganchados a la tecnología y a los elementos de consumo electrónico.
Un menor sin móvil no es nadie, y sin poder dominar los trucos el videojuego de moda, menos. Así que cuidado con las reacciones agresivas si les quitamos su droga preferida, la posibilidad de pasar horas y horas enganchados a los videojuegos.
Sabemos que las personas no son felices si dependen de estímulos externos en su actividad diaria para conseguir satisfacciones temporales, así pues nuestros hijos y nietos dependen excesivamente de los padres a nivel económico para ser felices, puesto que tienes que comprarles el último modelo de zapatillas deportivas, Smartphone o consola de videojuegos para que puedan ser medianamente felices.
Pero con la crisis los padres empezaron a no poder cumplir las expectativas de sus hijos y ahí empezaron también los problemas. Para el agresor, el mundo empieza y termina con su capricho temporal, todo se para, hasta que no consiga lo que quiere, su universo girará alrededor del objeto de deseo que ahora más le interesa en ese momento, taladrando hasta conseguirlo.
2. ORIGEN DEL SÍNDROME DEL EMPERADOR
Sin duda, el origen del problema (exceptuando casos genéticos extremos) son los padres.
Confundir autoridad con autoritarismo es una trampa en la que no hay que caer. Pero dejar que los hijos crezcan convertidos en una especie de tiranos que imponen siempre su voluntad, será nefasto para su crecimiento como individuos pertenecientes a una sociedad compleja.
Ejercer la autoridad paterna con tu hijo es igual de bueno, normal y saludable que enseñarle a cruzar la calle por el paso cebra, es más, resulta imprescindible. El adolescente debe conocer que existen límites que no se pueden cruzar y él mismo lo agradecerá más adelante. No se debe intentar ser "amigo" o "amiga" de nuestros hijos, nuestra obligación es ser sus padres o madres. Eso implica un nivel de enseñanza y compromiso mucho más profundo que ser amiguete.
Los padres no tienen que ser “amiguetes” de sus hijos, sino el modelo a seguir por parte de estos. Y criar hijos es duro, pero nadie lo hará por nosotros.
Para saber más del síndrome del Emperador, y encontrar respuestas, es imprescindible leer el libro de Vicente Genovés titulado "Los hijos tiranos". Para Vicente existen dos tipos de padres (competentes e incompetentes, y dos tipos de hijos (fáciles y difíciles).
La combinación entre ambos tipos de perfil, nos dará las posibles variedades probables:
- Padres competentes / Hijos fáciles: la más positiva. Si no ocurre algo muy imprevisto no habrá problema.
- Padres competentes / Hijos difíciles: enseguida se darán cuenta que ellos solamente no podrán enderezar el árbol torcido y pedirán ayuda.
- Padres incompetentes / Hijos fáciles: hay que ayudar a los padres a que conozcan herramientas educativas, mediante programas de intervención.
- Padres incompetentes / Hijos difíciles: el resultado puede ser la delincuencia y la vida antisocial.
Como dice el juez de menores Emilio Calatayud, con más de 16.000 condenas de menores en su haber:
"Los hijos también tienen obligaciones. El artículo 155 del Código Civil así lo recoge. Los hijos deben obedecer a sus padres y respetarlos mientras convivan con ellos, al menos hasta los 18 años. Se trata de un deber legal y moral. Y a partir de los 18 años, pues puerta. Nadie me puede condenar por echar a un hijo que ni quiere estudiar ni trabajar y hace la vida imposible en la casa"
3. PRINCIPALES “PECADOS” DE LOS PADRES
A. SOBREPROTECCIÓN
Sobreproteger a los hijos se ha convertido en un en un trabajo a tiempo total, y en un grave problema. Los hijos necesitan autoestima. Y eso no se consigue haciendo todos los trabajos por ellos. Si tienen obligaciones como poner la mesa todos los días, aprenden que no todo es gratis, y que las cosas se consiguen previo esfuerzo. Al esfuerzo debe seguirle una recompensa.
La ausencia de obligaciones crea niños/adultos eternamente insatisfechos, puesto que sin que les toque la primitiva, nunca podrán tener todo lo que se anuncia en TV.
Además, si tutelando de forma excesiva no dejamos que cometan sus propios errores (algún arañazo tienen que llevarse, hay niños que nunca han visto su propia sangre), su autoestima nunca tendrá el equilibrio necesario para ambicionar ser auto-suficiente y crearemos niños – robot, incapaces de desarrollar soluciones por si mismos.
B. DEJACIÓN DE LAS FUNCIONES PATERNAS
Existe el error de creer que los padres enviamos a los hijos la escuela para que los eduquen. Gran error.
La educación es una asignatura que se imparte en casa. Los niños deben ir a la escuela a aprender. En la escuela no enseñan educación de la misma manera que no enseñan protocolo, ni moral. Para jugar al fútbol hay que conocer las reglas de juego antes de salir al campo. Son los padres quienes deben enseñar respeto y convivencia a sus hijos.
Los progenitores deben enseñar a sus hijos los valores del esfuerzo, la convivencia y la ética, y los maestros ya se encargarán de procurar el conocimiento de las diferentes asignaturas, que para eso les pagan, no para hacer de padres de los hijos de otros.
Los padres confían que la situación mejorará por sí misma, pero así lo único que consiguen es agravar la convivencia, poco a poco la situación degenera y eso les hace sentirse culpables. Afrontar directamente el problema y hablarlo con el niño es la primera piedra para construir el edificio de la convivencia armoniosa en casa.
No hacerlo, vivir sin dar la cara como si no pasara nada, sólo conseguirá hacer creer al niño que los padres no tienen fuerza de voluntad suficiente para poner coto a sus exigencias.
Y cuando eso ocurre, los padres ya sólo son marionetas movidas por los hilos del titiritero.
4. PERFIL PSICOLÓGICO DEL NIÑO TIRANO
Generalizando, es posible que el niño pueda tener uno o varios de los siguientes comportamientos/actitudes:
- Afecta a todo tipo de estratos o clases sociales, desde familias desestructuradas con problemas de drogadicción a familias de clase media, con hijos egoístas que obligan a sus madres a fregar escaleras para poder calzarse unas zapatillas de 180 euros o utilizar y consumir las nuevas drogas electrónicas (móviles, Playstation, Xbox).
- Si los padres transigen (para que sus hijos puedan mantener un rol social que no les corresponde, no indisponerse con él, o no intervienen cuando ven que no desarrolla otras habilidades sociales), agravan el problema.
- Insensibilidad emocional con poca responsabilidad ante el castigo: Dificultades para desarrollar sentimientos de culpa. Le da igual. Quizá tenga algún trastorno de la personalidad.
- Alcohol o adicción a los videojuegos: Se han dado casos de un inicio en los episodios violentos al tratar que el niño/adolescente termine su partida en la videoconsola o apagarla de improviso. Eso es totalmente desaconsejable, puesto que en ese instante, el agresor está en su mundo y en ese momento su cerebro está limitado al área límbica de la recompensa y el placer. Pura animalidad.
- Ausencia de apego hacia los progenitores y otros adultos, generada por la falta de feedback de cariño de los padres. Si no demuestras a tus hijos que les quieres, mediante abrazos y palabras amables, ¿Cómo esperas que no te paguen con la misma moneda? O dicho de otro modo, ¿Manos que no dáis, que esperáis?
- En algunos casos pueden darse perfiles psicopatológicos. Estos psicópatas prematuros no tienen empatía por la gente que les rodea. Sólo los engañan y manipulan para conseguir de ellos lo que quieren. En caso contrario, su lado oscuro aparece.
5. AYUDANDO A LOS PADRES
Cuando la situación es insostenible, los padres deciden, con el corazón desgarrado, denunciar a su hijo, hermano, nieto a las autoridades policiales. Lo que puede causarles la misma desazón y sentimiento de culpa que el que ocasionó el problema con una permisividad mal entendida.
Pero de la misma manera que los padres deben asumir que no sólo ellos son los responsables del problema, (excepto en el caso de un joven psicópata sin posibilidad de reconducción), pero sí pueden ser los responsables de la solución.
MUY IMPORTANTE: los parientes NO deben sentirse responsables de los maltratos físicos o psicológicos de sus hijos o nietos. No han hecho nada para merecerlo. No es culpa suya.
Ponerle la mano encima a una madre, a una hermana o a una abuela es un acto cobarde y ruin, e impropio de animales racionales y de seres agradecidos.
Cobarde porque implica atacar al más débil, al que no puede defenderse y contraatacar como se merece, a quien a los suyos no respeta. E impropio de animales puesto que ni ellos mismos cometen este tipo de tropelías con los de su especie.
Debemos conocer lo bajo que puede caer la naturaleza humana si no se hace nada para evitarlo. A finales de 2012, dos chicos de 13 años en Wisconsin, mataron a hachazos y martillazos a la bisabuela de uno de ellos, para robar las monedas de la anciana y comprar pizza. ¿Puede haber algo más ruín, cobarde y descorazonador?
Así pues, primero hay que PREVENIR este tipo de comportamientos antes de que se desarrollen tendencias agresivas.
6. COMO EVITAR TENER UN HIJO TIRANO
Principalmente de dos formas, detectando las señales de alerta y corrigiendo los comportamientos:
SEÑALES DE ALERTA
- Todo empieza con algunas réplicas subidas de tono del niño o adolescente.
- Luego rabietas, gritos, escándalos en lugares públicos (utilizados como chantaje emocional por que se imaginan que no les pegarás una bofetada en público).
- No dejar que el niño se salga siempre con la suya. Si es necesario propinarle una zurra. Nunca en la cara puesto que eso es humillante, opinión en la que está de acuerdo hasta el mismo Papa Francisco. Enseñarles a compartir, a que no siempre se pueden llevar el trozo de tarta más grande, ni les vas a comprar siempre lo más caro solo porque sus vecinitos lo tengan.
- Sino se hace así, pronto empezará el bombardeo constante, diario, metódico, de petición del móvil, zapatilla, Tablet, corte de pelo o depilación láser de moda. Y eso seguirá y se acentuará con la edad.
CORRIGIENDO LOS COMPORTAMIENTOS
- El padre nunca, bajo ningún concepto, puede tolerar un menosprecio del hijo a la madre (y viceversa). Aunque hay madres secuestradas por sus hijos (y además con el síndrome de Estocolmo), que se lo perdonan todo, el padre debe intervenir a la menor señal de falta de respeto del hijo hacia la madre o a la abuela. Imponerse físicamente si cabe, puesto que si no lo hace, ESTA AUTORIZANDO al niño a que vuelva a repetirlo tantas veces como le apetezca.
Vigilar los compartimientos machistas delante del niño y reprenderle cuando él mismo los manifieste.
- Establecer reglas claras y explicar las razones de esas reglas.
- El padre y la madre siempre deben tener la misma opinión respecto a un tema hay que consensuarlo previamente.
- No imponer un castigo que luego no se cumpla. Hay que mostrarse persistentes y no claudicar con los castigos a la primera de cambio. Eso envía al niño un mensaje claro “Puedo portarme mal que no pasará nada”.
- Supervisar todas las actividades de los hijos.
- Procurar gratificar en positivo, en lugar de castigar cuando el daño ya está hecho.
- Intentar tener una buena relación con los niños más problemáticos entre tus hijos.
- Darles obligaciones como poner la mesa, llevar el pan, ir a comprar agua al súper o pasear al perro.
- Si se claudica una vez se claudicará toda la vida. Si el niño pierde un móvil de 700 euros, el siguiente tendrá que valer 150€ para que aprenda lo importante que es ser responsable de sus propias posesiones.
Y así en todo. De lo contrario, atente a las consecuencias.
Si el mal ya está hecho y tu vida es un infierno, no dudes ni un segundo en hacer lo mejor para él y para tu existencia: toma en consideración interponer una denuncia por amenazas y coacciones en la comisaría de policía más cercana.
Es por tu bien, es por su bien, es por el bien de todos.
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