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Todos creemos saber lo que nuestra pareja necesita en una relación sexual.
¿Pero es realmente así?. ¿Le doy a mi pareja lo que necesita, "de verdad"?
¿Cómo lo sé?. ¿Se lo he preguntado?
Quizá tu pareja no quiere asustarte, porque quizá le apetezcan cosas que ni tú mism@ creerías posible.
Pero aquí no hablaremos de lo que necesita a nivel de caricias, penetraciones, lametones y otras cosas "físicas", ni de otras cosas "mentales", como pulsiones, fetichismos, o perversiones, sino de algo un poco más emocional.
El drama de la civilización occidental es que con la actual facilidad para encontrar pareja a través de las redes sociales, las parejas jóvenes (y no tan jóvenes), pierden muy pronto el deseo el uno por el otro.
Y eso cuando no estamos totalmente distraídos con el teléfono, Netflix o Youtube.
NOMOFOBIA: miedo irracional a quedarse sin cobertura, perder el móvil, o estar sin saldo, batería o wifi.
Según una encuesta, el 10% de las personas comprueba el móvil mientras mantiene relaciones sexuales
Si la dopamina que nos proporciona la pantalla del móvil, nos da un chute en el cerebro superior a lo que sacamos manteniendo relaciones sexuales, estamos más estropeados de lo que nos pensamos.
Poco podrán hacer los sexólogos y los especialistas en terapia de pareja. Más vale establecer algunas reglas respecto al uso del móvil lo antes posible antes de que sea demasiado tarde.
POLIAMOR E INFIDELIDAD EN LOS TIEMPOS DE TINDER
"20.000 millones de matches" de Tinder hasta hoy, son muchos matches. Si la población mundial ahora mismo son unos 7.700 millones de personas en todo el mundo, eso da casi 3 coincidencias por persona viva en el planeta, (y subiendo).
ETERNAMENTE HAMBRIENTOS
Ahora siempre estamos pensando en tener sexo con cuanta más gente mejor, pero no siempre lo que está fuera de casa es "mejor" que lo que tenemos dentro. El hambre por conocer gente nueva con quien tener sexo esporádico, está directamente relacionada con la cosificación de la mujer, pero también con el grado de conocimiento que se tiene de un@ mism@.
Cuanto menos te conoces, te respetas y te amas a ti, más ansia por vivir tu vida a través del sexo con otros tendrás.
La infidelidad, las relaciones abiertas y el "poliamor", en lugar de estabilizarnos y ayudarnos a tener paz interior, nos hunden en la ansiedad y no nos dejan apreciar las cosas buenas de nuestra pareja actual.
Y claro, la falta de atención al "Aquí/ahora", las distracciones continuas y la sociedad hiper-sexualizada, hacen que perdamos enseguida el interés por la persona con la que estamos, y siempre tengamos en la cabeza estar con otra (mejor, por supuesto, más "deseable").
Vivir en el futuro, y con ansiedad, no es vivir, porque mientras fantaseas, la vida se te escapa entre las manos.
Esta compulsión continua es la que causa infelicidad y nos "distrae" de una relación "normal" de pareja, que pueda aportar "equilibrio" para conseguir paz interior. Lo que hoy parece excitante y novedoso, mañana será una etapa más del viaje.
EL DESEO SEXUAL
En el mundo de la pareja, el deseo se termina, "es normal", decimos... Esa resignación es debida a que confundimos "deseo" con "excitación" o "atracción sexual", puesto que por lógica:
Si yo deseo comprarme una casa, en el momento en que la compro, ya no la deseo (puesto que ya la tengo). Eso no significa que no pueda gustarme estar en ella. De la misma manera, es perfectamente posible que tu pareja te atraiga sexualmente, sin necesidad de recurrir a otras parejas en una "relación abierta", (que solo existe en tu imaginación).
Tu pareja debe atraerte sexualmente, y no es tan difícil como te crees. La comunicación es la clave.
Pero claro, para eso es necesario huir de la rutina. En otras palabras, os lo tenéis que currar un poco.
Hemos llegado a un punto, en que debemos aprender a reavivar la llama de la pasión de forma periódica.
De forma metódica y por parte de ambos.
1. Nadie debería "secuestrar" la vida sexual de su pareja. Si tienes pareja y no sientes deseo sexual, vete a la consulta de un especialista. Tu pareja no tiene ninguna culpa ( a no ser que el sexo ya no le interese).
2. Si tú sí tienes deseo sexual, pregúntate si tu pareja lo tiene contigo.
¿Soy previsible?, ¿Hago mis aproximaciones siempre de la misma manera? ¿Lo hacemos siempre igual, como un "día de la marmota" en bucle?, ¿del que conocemos cómo terminará incluso antes de empezar?.
Ser previsible es uno de los peores "killers" del deseo.
En general, como contrasentido tenemos que las parejas dejan pronto de hacer el amor, (y de darse abrazos) con lo que la famosa oxitocina, (la hormona del amor que actúa como neurotransmisor en el cerebro y que afianza la relación), ya no puede correr por sus venas.
Los lazos afectivos dejan de afianzarse, y el cariño termina pronto.
Porque todos sabemos que cuanto menos se hace, menos ganas se tiene de hacerlo. Así que lo que falla quizá se encuentre en un nivel un poco menos "a la vista", y un poco más escondido en el terreno de los neurotransmisores y de las emociones. En caso de no solucionarlo, dejamos la puerta abierta a la entrada de terceras personas en la relación.
La secuencia es implacable, primero termina el deseo con la pareja, sin deseo no hay roce, luego termina el cariño, entra otra persona, y por último, se acaba la relación misma.
Y vuelta a empezar con alguien más...
¿Cómo evitarlo?
La comunicación entre los miembros de la pareja es básica, esencial. Pero de tan repetido, a este mantra no se le escucha lo suficiente.
Yo tengo que saber lo que tú necesitas y consensuar el punto medio que nos vaya bien a los dos, y tú tienes que darme lo que yo necesito, pero para eso antes tienes que preguntármelo (y yo saberlo). Es simple.
Algunos, intentan luchar contra viento y marea para que el enfriamiento en la cama no ocurra. Sobre todo, nos necesitamos unos a otros. Necesitamos estar juntos. Tocarnos. Lento.
Incluso otras personas, las más perseverantes, desesperadas por descubrir las razones de su infelicidad, se animan a asistir a terapia de pareja, o a cursos de tantra, o masaje tántrico para parejas para recuperar "la llama de la pasión".
Y quizá en ambos sitios puedan explicarles el fundamento de la polaridad femenina y la polaridad masculina, y que hombres y mujeres necesitamos cosas diferentes en el amor de pareja.
Puesto que cuando la sexualidad se queda en un terreno muy "físico", y no sabemos llevarlo al terreno del corazón o de la expresión de nuestras necesidades, entonces se convierte en un ejercicio de recreación o de procreación.
Nada trascendente, nada espiritual.
Algunos especialistas fomentan la “eventualidad de calidad”, (hacer el amor pocas veces pero muy bien hecho), y otros potencian una buena frecuencia-cantidad de relaciones sexuales con la pareja.
Elige la modalidad que mejor vaya con vosotros.
Pero a veces hay que probar cosas nuevas. Veamos por ejemplo, en qué consiste el tantra y cómo aplicarlo en tu vida.
Luis Boleda es el coordinador espiritual de FELITIA GLOBAL COACHING®, instructor en Mindfulness y autor del libro "La Wifi de Dios"
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