Ningún producto
Absolutamente sí, siempre y cuando exista una seguridad alimentaria y una moderación en la ingesta.
Por falta de información, o por falta de ganas o de medios, falta de voluntad o dietas especiales, no todo el mundo puede, o quiere, ser vegetariano parcial, vegano, macro-biótico o seguidor radical de la dieta alcalina.
Todo eso llega a su tiempo.
Muchas personas necesitan comer carne puesto que ni siquiera podrían llegar a imaginarse que la carne que comemos, pueda no llegar a cumplir los cánones mínimos de seguridad establecidos por el ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente, pero por desgracia no siempre es así.
Aunque tanto la carne roja como la blanca son altamente acidificantes para el organismo, su ingesta esporádica (rojas máximo dos veces a la semana), no debería ser un problema siempre y cuando el origen de dicha carne provenga de granjas que cumplan unos mínimos estándares en sus procesos de producción de piezas avícolas, reses de vacuno, de porcino, o sea cual sea su tipificación.
Pero desgraciadamente para el sector, eso no siempre es así y nuestra obligación es darlo a conocer.
Aquí tenemos algunos ejemplos:
Es un hecho poco conocido que comer mucha carne hace que tengamos más resistencia a los antibióticos. Es decir, en el caso de que tengas una infección y necesites un tratamiento a vida o muerte a través de antibióticos, la eficacia de dicho tratamiento dependerá de si has comido mucha carne durante tu vida o poca.
Maryn Mckenna:
"Hoy en día ya existen personas que están muriendo por infecciones (septicemias) leves. Al fenómeno se le llama "Resistencia antibiótica". Las bacterias compiten entre ellas por los recursos alimentarios. Fabrican venenos, armas con las que se atacan entre sí. Otras bacterias se protegen generando defensas contra esos ataques químicos. Aunque no comiéramos carne, los antibióticos tienen una vida muy corta, puesto que enseguida las bacterias encuentran formas de librarse de ellos."
Actualmente se utlizan en el mundo anualmente, 63.151 toneladas de antibióticos para uso animal. Con lo cual, cada vez que comemos carne vamos "vacunándonos" contra la efectividad de los antibióticos.
Las bacterias están ganando la guerra. Se calcula que hoy en día existen cepas de infecciones para las cuales los más de 100 tipos de antibióticos de los que disponemos en nuestro arsenal, no tienen ninguna eficacia. Recordad que los antibióticos destruyen la flora bacteriana de nuestro estómago. En el estómago se encuentra el 90% de nuestra serotonina, si tu estado de ánimo no es el que debiera (y sin motivo), reduce tu ingesta de carne y toma pro-bióticos.
En el cuadro adjunto, los principales descubrimientos en el mundo de los antibióticos y la rapidez con la que se creó resistencia contra ellos dejándolos obsoletos. Actualmente mueren cada año 700.000 personas en todo el mundo por infecciones contra las que los antibióticos no pueden hacer nada. Las proyecciones dan 10.000.000 (10 millones) de personas muertas al año para 2050.
2. ENCEFALOPATÍA BOVINA ESPONGIFORME
Aunque en 1996 saltó la crisis de las vacas locas (la cual significó el sacrificio, solo en el Reino Unido de más de 2 millones de reses), hoy en día continúan muriendo seres humanos a causa de dicha enfermedad.
"El comienzo de este proceso coincide con el canibalismo industrial impuesto a herbívoros, generalmente rumiantes, a los que se obligó a comer productos animales de su especie, que, aunque no estuvieran infectados, pudieron forzar biológicamente a estos animales herbívoros, a que se hicieran carnívoros, y eso pudiera haber influido en la mutación del prión normal, que se convertiría por este motivo en patológico". - José Mª Segovia de Arana, Catedrático de Medicina Interna Universidad Autónoma de Madrid.
El día 25 de julio de 2014, el periódico El País se hace eco de la siguiente noticia:
“Se ha descubierto en España una trama que vuelve a producir harinas con restos animales, algo que está estrictamente prohibido en la Unión Europea desde hace 14 años. De momento hay tres detenidos y 68 imputados por participar en una red que recogía materiales de desecho de los mataderos y los reciclaba para ser añadidos a los piensos de consumo animal”.
Para Joaquín Castilla, investigador del programa de Enfermedades Infecciosas (unidad de proteómica) del CIC bioGUNE–IKERBasque, este dato confirma las sospechas de muchos investigadores que ya auguraban que "la segunda ola de infecciones está por llegar".
"Nuestro objetivo ahora es mejorar la técnica y aplicarla en humanos y en vacas para poder hacer 'screening' masivos [detección sistemática de la presencia de priones] y determinar la prevalencia real de la infección".
Solo en los 6 primeros meses de 2014, cuatro personas murieron en EE.UU por la encefalopatía bovina espongiforme, y uno de cada 2.000 británicos están actualmente infectados por los priones responsables de la enfermedad.
Desde su centro de investigación en el estado de Tejas, el Doctor Castilla continúa diciendo:
"Soy de los que piensa que es cuestión de tiempo. No sabemos cuánto tardará [estudios con otras enfermedades producidas por priones describen hasta 40 años de lapso] ni en qué medida afectará, pero creo que debemos esperar nuevos casos", señala.
La enfermedad de las vacas locas está provocada por un prión, una proteína modificada que no se puede eliminar del organismo. Una vez introducida dentro del cuerpo humano provoca la muerte de las células neuronales produciendo la transformación de un cerebro sano a un cerebro-esponjoso. Los priones son prácticamente indestructibles, no se pueden destruir por cocción, ni por digestión, ni por cremación.
Los primeros síntomas son depresión y demencia y pueden surgir muchos años después de comer carne infectada.
Al respecto, recordemos que hasta 1.988, en Inglaterra se daba de comer a las vacas el compuesto llamado gallinaza, es decir, los excrementos y los orines de las gallinas mezclados con la "cama" de estas, para más información, sigue leyendo.
3. POLLINAZA Y GALLINAZA
McDonald's, la cadena de “fast food” más importante del mundo ha pedido al gobierno federal de los Estados Unidos, que se prohíba alimentar a las reses de vacuno con heces de pollo o gallina (pollinaza, gallinaza, cama de pollo o yacija), para garantizar que no se contaminen con el mal de las vacas locas.
Si McDonald’s lo pide, señal que en la actualidad alguien lo estará haciendo así. El uso de pollinaza está ampliamente aceptado en USA donde lleva más de 50 años practicándose, en Inglaterra se prohibió en 1.988 y en la Unión Europea en el año 2000.
La gallinaza y la pollinaza, (yacijas) son subproductos de la industria avícola, procedentes de las granjas de gallinas o pollos se encuentran entre los llamados SANDACH (subproductos animales no destinados al consumo humano).
Contienen cascarilla de arroz o viruta de madera, alimento concentrado, excrementos y orinas de los dos tipos de aves. El valor nutricional del estiércol de gallina varía de acuerdo a su procedencia y por ello es denominado gallinaza o pollinaza.
GALLINAZA: se corresponde al estiércol procedente de las gallinas enjauladas,
POLLINAZA: proviene de gallinas destinadas a la producción de huevos o carne realizada en el suelo libre.
Debemos tener en cuenta que las aves defecan junto con la orina por la cloaca, lo que hace que estas deyecciones tengan mayor contenido de nitrógeno y fósforo que las de otras especies, que realizan esta función fisiológica de forma separada.
Sea forma habitual, o sólo durante épocas de sequía, debido a la falta de forrajes, la pollinaza es suministrada al ganado vacuno. Aunque su porcentaje en la dieta vacuna no puede superar el 25% del total de la alimentación del animal, puesto que a partir del 30%, las reses y animales avícolas corren riesgo de muerte.
La Unión Europea prohibió el uso de excretas en la alimentación animal. Por lo tanto, en España en teoría tampoco debería usarse para otros fines que no fueran el compuesto orgánico (abono), puesto que entra dentro de la categoría 2 de peligrosidad de los SANDACH que no prevé otra función que no sea la destrucción o su reutilización en plantas de compostaje o fabricación de abonos orgánicos.
Datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente:
Es curioso como en el Capítulo V del Libro Blanco del protocolo sobre SANDACH, se puede leer literalmente...
"Las grasas provenientes de las categorías 1 y 2 pueden destinarse a biodiésel, pero las harinas provenientes de la Categoría 1 deben ser destruídas. En cambio, las harinas provenientes de la Categoría 2 pueden destinarse, si han sido tratadas con el método "1" (partículas de menos de 50 mm y aplicación de 133º C durante un mínimo de 20 minutos y 3 bares de presión con vapor saturado), para obtener biogás, compost, fertilizantes y "enmiendas orgánicas".
¡Que alivio!, aunque vemos que las harinas procedentes de la gallinaza no se destruyen, no deja ninguna puerta abierta para que se pueda dar de comer a las vacas con gallinaza... pero lo inquietante es lo que dice un poco más abajo.
"En el caso de los materiales de la Categoría 2, de nuevo hay que tener en cuenta que la mayoría se gestiona como Categoría 1. No es posible determinar qué porcentaje ni qué destino final se le da al producto obtenido. No obstante, en los casos en que se dispone de datos, el enterramiento o la incineración son los destinos principales". Página 137 - Capítulo V: Transformación de los SANDACH
Es un poco desconcertante leer como los autores del estudio reconocen no tener ni idea, (no tienen todos los datos, no tienen porcentajes) de a qué usos van destinados los subproductos pertenecientes a la categoría 2, entre ellos las harinas procedentes de gallinaza. Pero no seamos malpensados.
Para todos aquellos poco iniciados en el mundo de la alimentación animal, expliquemos qué es cada cosa.
LA GALLINAZA
No debería ser utilizada en la alimentación de rumiantes, sino solamente debería usarse como abono orgánico. Tiene un bajo valor nutricional y puede tener presencias de Micobacterium Avium, un tipo de infección bacteriana que puede ser mortal en personas con el sistema inmunológico debilitado. En individuos con una buena protección inmunológica no debería afectar en exceso, pero puede causar daños sobre todo en los pulmones. Su presencia causa en los rumiantes una reacción positiva a la prueba de la tuberculina sin estar tuberculosos.
La gallinaza, obtenida de las explotaciones de jaula, resulta de las deyecciones (excrementos), plumas, residuos de alimentos y huevos rotos, que caen al suelo y se mezclan. Este tipo de gallinaza tiene un alto contenido en humedad y altos niveles de nitrógeno, que se volatiliza rápidamente, creando fuertes malos olores, y haciendo que pierda calidad como abono.
Para desinfectar la “cama”, que es lo que se come la vaca (el suelo donde se acumula la gallinaza, a veces formado por agujas de pino, otras papel absorbente con base de celulosa y otras cascarilla de arroz), algunos productores avícolas “poco concienciados” utilizan Creolina, nombre comercial de la creosota. La creosota es el residuo de la fabricación del aguarrás mediante la destilación seca de la madera, los vapores de la destilación se convierten en aguarrás o trementina, y el sirope o masa oscura resultante es la creolina.
También hay quién lo utiliza como crecepelo, pero hay advertencias sobre su toxicidad con sus vapores, por no hablar de su ingesta mezclada con orines y excrementos de gallina. Una comisión de investigación de la Unión Europea la declaró Sustancia Carcinógena y prohibió su utilización con fecha tope 2003.
¿Desagradable?.
LA POLLINAZA
La pollinaza es ampliamente consumida en Estados Unidos y en toda Latinoamérica, (en especial Mexico), excepto en Brasil (cama de frango), Argentina, y Perú, donde está prohibida, juntamente con Canadá.
La FAO (1980) describe la composición física de la pollinaza como sigue: 62% de heces, 31% de camada, 3% de alimento desperdiciado, 2% de plumas y 2% de materia extraña. Eso significa que la pollinaza en teoría contiene de media un 20% de proteína y un alto contenido en minerales, pero no todo podía ser “bueno”, además tiene un alto contenido en cobre.
Escrito divulgativo de la FAO:
“La elevada presencia del cobre resulta ser desventajosa, pero únicamente en el caso de la alimentación de ovinos. Estos animales son muy susceptibles a intoxicarse con este mineral. En los ovinos para prevenir problemas de intoxicación por cobre, es recomendable que los animales no consuman más de 0.250 gr. c/u diariamente. “
Puesto que el cobre cada día que pasa está más que demostrado que es un desencadenante de la enfermedad más temida por la sociedad, el Alzheimer, los veterinarios recomiendan no suministrar pollinaza cuyo contenido en cobre sobrepase los 98 mg (por kg de pollinaza).
Mal negocio dar de comer a tus propias reses un alimento que las engorda o las mata dependiendo de la dosis. ¿Pero en dosis sub-letales? Se supone que irán acumulando toxinas en sus cuerpos que por lógica, luego comeremos nosotros. La clave es preguntar a nuestros proveedores si la carne que venden proviene de agricultura ecológica, orgánica, o directamente si las reses que venden comían pollinaza de forma habitual.
Sin entrar a valorar la utilidad o salubridad de la pollinaza en otras partes del mundo, (como EE.UU por ejemplo) desde estas líneas daremos voz a las palabras de los granjeros que tienen peso específico en la comunidad internacional:
“Me crié en una granja donde la idea de alimentar con estiércol de pollo a nuestro ganado se habría considerado extravagante. […] Mantener los costos de producción era importante, pero sólo a los productores muy pobres se les hubiera ocurrido usar mala alimentación. Entonces nadie soñaba con el uso de estiércol o subproductos animales como fuentes de alimentación. Nadie soñaba con la implantación en el ganado de carne con hormonas de crecimiento para acelerar su salida al mercado.” - Dan Nagengast
En un estudio realizado a muestras de la ingesta a más de 6.000 reses alimentadas con pollinaza y muertas en México, se dio positivo a la presencia de toxina botulínica. El botulismo, enfermedad que se caracteriza por el desarrollo de alteraciones vegetativas, resequedad de boca, náuseas y vómitos, así como parálisis muscular progresiva, puede llegar a ser causa de muerte, al afectar la función respiratoria.
En un decreto del gobierno de Costa Rica, firmado por 3 ministros (de Sanidad, Agricultura y de Medio Ambiente) se dice textualmente:
“ […] la gallinaza y la pollinaza constituyen un riesgo potencial para la salud humana por la presencia de residuos de sustancias químicas, biológicas o medicamentos veterinarios.“
Esos medicamentos son concretamente, unos antibióticos llamados coccidiostatos. Y sigue;
“Un factor de importancia a considerar es el contenido mineral presente en las excretas, que en algunos casos puede afectar de forma negativa la respuesta animal por acción sinérgica o antagónica de algunos elementos como el cobre (Cu) que en altas cantidades puede ser tóxico para los animales y llegar a ocasionar la muerte.”
El sentido común diría que, a largo plazo para las propias personas, no debe ser muy sano dar de comer excrementos, orina, desinfectantes, antibióticos y cobre en exceso a vacas y otros animales (por muy “procesado” que esté el detritus).
Seguro que encontrarás muchas opciones de carne de calidad en tu proveedor habitual. Aunque todo lo anteriormente expuesto puede ser un peligro latente si se aprueba el TTIP TRATADO DE LIBRE COMERCIO ENTRE EUROPA Y EE.UU.
Después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, parece que el Tratado de Libre Comercio se ha quedado un poco estancado. Aún así, la presión de los lobbys estadounidenses de producción de carne (los cuales incorporan la pollinaza de forma habitual en sus procesos de producción), la posición negociadora inicial de la Unión Europea (los nuestros) y para sorpresa de muchos fue la siguiente:
“Las medidas sanitarias y fitosanitarias no deben crear barreras innecesarias al comercio”
( hecha pública el 8 de enero del 2015)
O sea que si en Europa nos creíamos medianamente a salvo de comer vaca con restos de gallinaza, ahora puede ser que prevalezca la regulación USA, con lo que de nuevo tendremos que estar atentos (como sucede en Latinoamérica), con el origen de los alimentos que ingerimos.
PRINCIPALES DIFERENCIAS CON LA REGULACIÓN AMERICANA
(Salvo algunos estados),
1. EE.UU no prohibe el almacenamiento extremo de cabezas de ganado en un palmo de terreno y estrés generador de cortisol que eso conlleva a las reses y de las reses pasa a los humanos. El Cortisol y la adrenalina acidifican aún más el contenido del espacio intersticial que rodea a las células.
Con lo cual esa carne aún acidificará en mayor medida nuestro propio organismo.
2. No prohibe las hormonas de crecimiento. La Hormona Recombinante de Crecimiento Bovino (rBGH, según las siglas en inglés, también conocida como Bovine Somatrotopin, o BST), es una copia obtenida por ingeniería genética, de una hormona que producen naturalmente las vacas. Algunos científicos piensan que una ingesta de leche tratada con altos niveles de rBGH, podría dar paso a una división y un crecimiento incontrolados de células en los humanos, en otras palabras: cáncer. En 1996, el Profesor Samuel Epstein de la Universidad de Illinois, Chicago, realizó un detallado estudio de los efectos producidos por altos niveles de IGF-1 en los humanos. Los resultados de Epstein revelan que las concentraciones de IGF-1 que hay en la leche de las vacas tratadas con rBGH, pueden provocar cáncer de mama y colón entre las personas bebedoras de leche.
3. No prohibe el uso de transgénicos para consumo humano y animal y acepta el clonado de animales para consumo humano.
Esperemos que este panorama fúnebre no llegue nunca a imponerse en los procesos productivos de nuestros sufridos productores cárnicos españoles.
Precisamente de ellos se nutren nuestros carniceros de proximidad de toda la vida, los que con sus tiendas abiertas al público y siempre con una sonrisa, nos atienden detras de su mostrador, compitiendo en inferioridad de condiciones contra los márgenes comerciales de las grandes superfícies.
En alimentación no todo debería valer. Carne segura debería ser sinónimo de “carne saludable”.
Fuentes:
FAO - La pollinaza como fuente de minerales para rumiantes
Dan Nagengast: Safe, But Do We Want to Eat It?
EL País: Una nueva técnica permite detectar en la sangre el agente de las 'vacas locas'
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España - Subproductos de Origen Animal No Destinados a Consumo Humano. (SANDACH)
Arturo F. Castellanos Ruelas - Campo Experimental “Mococha” INIFAP-SAG
El Sol de Puebla - "Mueren 6 mil cabezas de ganado en la región de Tecamachalco"
Eldiario.es - "El Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos. Un peligro para los animales"
Dr. Epstein - "Unlabeled milk from cows treated with biosynthetic growth hormones: a case of regulatory abdication".
Maryn Mckenna - "Ted talks: Waht do we do when antibiotics don't work any more"
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